Barcelona y la sana costumbre de entonar un grito sagrado: ¡campeón!

Ocho días después, Barcelona gritó nuevamente campeón. Después de ganar la Liga, el equipo de Luis Enrique se quedó con la Copa del Rey al vencer por 2-0 a Sevilla. Tras igualar sin goles en los primeros noventa minutos, los goles los marcaron Jordi Alba y Neymar, con dos asistencias de Lionel Messi. El club culé, máximo ganador de la competencia, sumó su Copa número 28 y ya le saca cinco de ventaja a Athletic de Bilbao.

En el trámite inicial del juego, Sevilla se plantó mejor en el campo de juego y tuvo sucesivas ocasiones para abrir el marcador. Más aún después de la expulsión de Javier Mascherano, quien vio la tarjeta roja a los 36 minutos del primer tiempo al cortar un ataque del francés Kevin Gameiro. Las dos chances más claras estuvieron en el pie de Éver Banega: en la primera parte, el arquero Ter Stegen le sacó un gran tiro libre y, en el complemento, el palo le dijo que no. Luego, se fue expulsado en el cierre del partido, tras frenar a Neymar en un ataque en soledad.

Pero Sevilla no lo definió y luego Barcelona no lo perdonó. En la prórroga, bastó que Messi sacara a relucir todo su talento para abrir y decretar el marcador. A los seis minutos de la primera parte, con un gran pase de larga distancia, asistió a Jordi Alba, quien marcó el 1-0. Luego, en el tiempo de descuento de la segunda parte, le cedió el gol a Neymar tras una exquisita jugada.

Una vez más, Barcelona gritó campeón y se quedó con su cuarto título de la temporada -tras ganar la Liga, la Supercopa de España y el Mundial de Clubes. Siempre de la mano de Messi, quien sumó su 28° título con la camiseta azulgrana.