Con el peso de la camiseta, Argentina puso las cosas en su lugar

Aunque fue sufrido hasta el final, la Selección derrotó 1 a 0 a Chile y se metió en la zona de clasificación para el Mundial de Rusia. La mejor forma de arrancar el año y renovar el idilio con la gente, que aclamó a Messi y se entusiasmó con la victoria ante un duro rival

A riesgo de caer en una frase trillada: ¡Qué lindo es volver a verte, Selección!

Los más de 10.000 kilómetros de distancia que dividen a Buenos Aires de Barcelona justificaban una presencia como la de anoche en el estadio Monumental. La gente se reunió para ver al equipo del mejor jugador del mundo ganando otra vez de local. Esta vez, los chilenos no fueron los mismos invencibles de las últimas finales. Pegaron y vendieron cara la derrota, pero también sintieron mucho jugar de visitante, ante un equipo que con un poco de oficio y otro tanto de jerarquía terminó concretando un buen negocio.

Con la responsabilidad de quien reconoce una situación complicada, Argentina afrontó el partido de anoche como una final anticipada en su carrera para clasificar al próximo Mundial. Se plantó ordenado en el fondo y buscó abrirle el camino a Messi, intentando girar la pelota de derecha a izquierda, en un campo minado, como los potreros del suburbio de Rosario.

Presionado, el Diez argentino se castigó con Jara y Bousejour en varias ocasiones, pero cada vez que intentó un cambio de frente le aportó una solución al equipo nacional, buscando las subidas de Ángel Di María por izquierda.

Con el correr de los minutos, Chile se recostó en su campo y apenas pudo generar peligro a los ocho minutos, cuando Alexis Sánchez llegó a posición de gol luego de una asistencia por la derecha que el juez del partido anuló por posición adelantada.

Con la paciencia de un relojero, la Pulga se mostró por derecha y por izquierda e insistió hasta lograr un pase en profundidad a Fideo, que fue cortado por Jara dentro del área cometiendo penal. El mejor del mundo fue lapidario en la definición, y el conjunto nacional empezaba pisando fuerte en el Monumental.

El segundo tiempo mostró cierta previsibilidad por la ventaja. Argentina, descansando y dejando pasar los minutos, le entregó la pelota a Chile, que, aunque con ganas, no profundizaba. La más clara llegó a los 20, con un tiro libre combado de Alexis que pegó en el ángulo del palo derecho de Romero y paralizó todo el estadio.

Siguió Chile controlando la pelota y los espacios, más por ímpetu que por fútbol. Y no alcanzaban las ganas de Gabriel Mercado (el mejor de los de Bauza) para parar los embates de los trasandinos. Alexis lo tuvo en otro tiro libre, a los 32, pero remató por arriba. Y a los 35, Castillo le ganó a Musacchio en la marca y lo perdió, solo frente a Romero.

Un Monumental repleto, clima de “clásico” desde los mismos himnos. Caliente: así se vivió un partido que era bisagra para el futuro de la Selección en la Eliminatorias y para Bauza, que terminó como todos esperaban: con victoria. En deuda de nuevo en el juego, sí, pero con los tres puntos asegurados.

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