Bauza, víctima del escaso tiempo y las urgencias

En los ocho meses que lleva al frente de la Selección, el Patón tan solo pudo dirigir al plantel en 23 entrenamientos. Debió asumir varios viajes y siete partidos oficiales

El rendimiento del equipo fue brillante, ganamos”. Con esas palabras, Edgardo Bauza analizó el triunfo de la Selección argentina ante Chile. Sin duda, las declaraciones del entrenador nacional enarbolan la bandera del “resultadismo”, en tiempos donde los cuestionamientos por el nivel del equipo están a la orden del día. 

Bauza internamente sabe que su formación juega mal. Sin embargo, busca desviar la atención ante un problema que lo excede: la falta de tiempo para poder plasmar su idea de juego. Desde que asumió como entrenador del elenco albiceleste, el Patón contó con tan solo 23 días de entrenamiento y no todos fueron “puros”, ya que en las primeras prácticas de cada segmento de trabajo no suele contar con todos los futbolistas citados. Además, tanto en la jornada previa como en la posterior a cada partido no puede trabajar en profundidad por priorizar la competencia y además se descuentan las horas de viajes y traslados. 

El primer contacto del Patón con el plantel fue el 30 de agosto. Con muy poco margen para ensayar alguna propuesta, paró un equipo y el 1° de septiembre derrotó 1 a 0 a Uruguay. A partir de allí, ingresó en una mecánica que no varió hasta el último compromiso ante los trasandinos. 

Con el formato de la doble fecha, generalmente entre jueves y martes de cada semana, los jugadores comienzan a arribar en día lunes desde sus respectivas ligas, generalmente de Europa. Por tal motivo, el martes es el único día completo de trabajo, habida cuenta que el miércoles realiza un táctico liviano y jugadas con pelota detenida. El cronograma se repite para la segunda jornada. 

Con esta metodología, el extécnico de la Liga de Quito y San Lorenzo, entre otros, disputó siete partidos con el combinado albiceleste, cosechando tres triunfos (Uruguay, Colombia y Chile), dos empates (Venezuela y Perú)  y dos derrotas (Paraguay y Brasil). La sumatoria lo ubica, en la antesala del duelo ante Bolivia en La Paz, en la tercera colocación con 22 unidades y siendo uno de los cuatro equipos que clasifican directamente al Mundial de Rusia 2018. 

Rendimiento o resultado

Que la Selección no juega bien, es real. Que no tiene tiempo de trabajo, también. Por tal motivo, el centro del debate que rodea al equipo está centrado en la histórica dicotomía: resultado o rendimiento. 

Una vertiente defiende a capa y espada la obtención de los tres puntos. Mientras otra, más despiadada y vertical, hace foco en un juego colectivo que apareció en cuentagotas y que conspira con los anhelos de generar un circuito futbolístico que logre seducir y convencer. 

En definitiva, en un marco repleto de interrogantes, ¿puede un entrenador plasmar un concepto en 23 días de entrenamiento? ¿Merece recibir críticas tajantes cuando los tiempos atentan contra cualquier proyecto de juego? Por el momento, son preguntas que no cuentan con una respuesta concreta y que serán develadas una vez que se haya consumado el camino mundialista. 

A tener en cuenta

- 23 días de entrenamiento desde que asumió la dirección técnica.

- 8 meses al frente del equipo albiceleste.

- 7 partidos oficiales por Eliminatorias Mundialistas.

- 5 fechas quedan para el final de las Eliminatorias.

- 3 triunfos: ante Uruguay, Colombia y Chile. 

- 2 derrotas: contra Brasil y Paraguay.

- 2 empates: frente a Perú y Venezuela.