Devaluación en puerta: ¿qué esconde el Mundial?

Terminan las liquidaciones por la soja y las reservas del Banco Central no se expanden. En medio de la euforia mundialista, el gobierno planea incrementar las minidevaluaciones.

La tribuna grita gol. Mezcla de tango y zamba,  el mundial de fútbol que comienza el 12 de junio promete ser un carnaval de distracciones para la política doméstica, que aprovechará para manipular la cotización de la divisa extranjera y acelerar las minidevaluaciones que hoy ya son una realidad.

La hinchada festeja, caen papelitos azules y blancos, el nacionalismo alienta a sus jugadores. Mientras, en la sombra que no transmite el Fútbol Para Todos, el gobierno nacional teje su proyecto devaluatorio.  El partido real no se jugará en el Maracaná, pero el escenario será adverso: a partir de la inminente liquidación de las exportaciones de soja, el Banco Central  perderá, en la segunda parte del año, uno de sus principales anticuerpos para enfrentar la exacerbada fuga de capitales. 

Ni siquiera la proyección productiva de la oleaginosa, estimada en 55,5 millones de toneladas para la actual campaña, podrá evitar el derrumbe del nivel de reservas durante los meses de junio y julio. De hecho, y a partir del acuerdo con el Club de París, el Estado argentino deberá desprenderse  al término de la Copa del Mundo de unos 650 millones de dólares.

En diálogo con Hoy, especialistas en la materia advirtieron sobre la tendencia proyectada para la economía en los próximos meses. Marcelo Ramal, economista y docente de la Universidad de Quilmes, confirmó dicha perspectiva, al tiempo que aseguró que “el gobierno que tanta veces dijo denunciar al capital sojero es dependiente de él en la medida que necesita de los dólares provenientes de ese sector”.

 “El gobierno también apuesta a devaluar a partir del cierre de los acuerdos con el Club de París y los fondos buitres. Es indudable que este acuerdo implica el aval del capital financiero internacional en favor de una nueva devaluación que reduzca el peso de la deuda interna con el Banco Central, y asegure el pago de la deuda con los acreedores internacional”, agregó el legislador porteño por el FIT.

Por su parte, el director ejecutivo de la consultora “Libertad y Progreso”, Aldo Abram, afirmó a nuestro diario que habrá  “un mayor ritmo de devaluación” en el segundo semestre, aunque señaló que no será de la magnitud de la depreciación realizada en enero. “Lo que vamos a ver es un mayor ritmo de devaluación una vez que entremos en el segundo semestre, y justamente porque a menor liquidación de exportación, pues ya va a haber pasado la cosecha, se va a hacer necesario que el Banco Central pueda sostener el nivel de reservas, por lo que deberá devaluar más”, indicó el economista.

Cabe recordar que enero de este año cerró con la mayor devaluación de los últimos 12 años. Ayer el dólar oficial quedó en $8,11, y el paralelo en permanente coqueteo con los doce pesos. Concretamente, la divisa informal volvió a subir hasta $11,63 y luego  cerró en $11,50 (ver aparte). La presión devaluatoria ya es evidente.

La política del goteo, es decir, las minidevaluaciones silenciosas del gobierno nacional, ya comenzó, pero puede terminar de estallar durante la Copa de Brasil, muda, silenciada por los gritos de gol. ¿Opio de los pueblos? En todo caso, una alegría no vendría mal por estas tierras. Al contrario. En todo caso, la estabilidad política y económica prometida nunca llegó. Se pagarán millones al Club de París, se sometió al país a los designios del Ciadi, nuestros recursos naturales se rifan en el mercado internacional del petróleo y la minería. Pero el goteo sigue, la economía sangra, y la euforia del mundial puede transformarse en un gol en contra. 

Las consecuencias de la depreciación

 La devaluación no le sale gratis al bolsillo de los argentinos, pues provoca  coletazos directos sobre la producción y el consumo. Es decir, mientras que por un lado se termina por generar una suba en los precios de los insumos que se deben importar (en promedio la manufactura local está compuesta en un 40% de materias provenientes del exterior),  por el otro, dichos costos terminan trasladándose al precio final de la elaboración industrial, lo que hace acrecentar la curva inflacionaria.

 “A mayor devaluación también hay mayor susto de la gente y puede haber mayor inflación. Por el otro lado, a menor riesgo de suba de tipo de cambio oficial va a haber mayores niveles de pérdidas de reservas”, dijo Aldo Abram.

El dólar blue otra vez en alza

La luna de miel de los mercados financieros tras el acuerdo con el Club de París pareciera haber llegado a su fin.Durante la jornada de ayer, el dólar paralelo subió 10 centavos (cerró a $11,50) y la cotización oficial también mostró una suba. 

En el mercado formal, la divisa estadounidense se ubicó en $8,11, cuando el pasado lunes había cerrado a $8,10. En ese marco, la brecha entre el blue y el oficial se ubicó en el 42,4%.

Por su parte, el dólar ahorro se ubicó en los $ 9,74 y el dólar turista o tarjeta, a $ 10,96. Asimismo, el dólar bolsa subió de $ 10,89 a $ 10,90, mientras que el Contado con Liquidación promedio acciones lo hacía a $ 10,71 y el Contado con Liqui promedio bonos, a $ 10,67, ambos también con tendencia a alza.