El Club For Ever le da la bienvenida a sus nobles 100 años de existencia

13 de septiembre de 1913 - 13 de septiembre de 2013. Centenario a horas del "descorche". Y aquí, un repaso a los hombres que dirigieron a For Ever. “El Mondonguero” tiene dos estrellas en la 1a de la Liga: 1991 y 2001. Pero está más allá de los resultados, porque es un sentimiento de barrio

Por Gabriel “Colo” López

“Bien, muchachos, muy bien. ¡Estamos creciendo!”. La frase del DT emocionó a los jugadores en aquella canchita chica de Berisso, ajena al ruido de motores de la avenida 122, la primera y última cancha que supo tener For Ever (usurpada, a tono con estos tiempos marginales).

Quien escribe esta historia se abría paso a los 16 años, y por designio de Dios, del destino, o más exactamente por aquel tío que integraba la Comisión Directiva del Club Social, Cultural y Deportivo For Ever, descubría “un lugar en el mundo”, para pocos. 

Me presenté en la cancha a la hora de la reserva, contra Los Tolosanos. Sábado de fútbol liguista, año 1990, y quedé –no sé cómo- en la puerta misma del vestuario local. Dando la vuelta al planeta, a la misma hora, la noche italiana ofrecía un partido de la Copa Mundial, creo que Camerún contra Rusia, pero me mandé a ver a For Ever, en mi charter especial: el bondi “214” que me dejó en el descampado, a dos cuadras de la cancha rodeada por una zanja.

Ese año ’90 For Ever volvía a jugar en Primera A, después de muchísimos años ausentes entre los grandes. Era cofundador en 1913, y permaneció hasta 1936, mismo año en que se cambia la denominación de Federación Platense por la de Liga Amateur, en directiva emanada del Consejo Federal de la AFA.

Luego de 36 años de ausencia oficial, consigue estar en cancha en 1972, iniciando el trayecto en el ascenso. Desde ese reinicio ya van ininterrrumpidas 41 temporadas. Y dos títulos: 1991 y 2001.

… Y la  frase del DT todavía me hace ruido, en el entretiempo que indicaba 0-1 a favor de los punteros de Tolosa. Esa frase salía de la boca de Norberto París, el nuevo entrenador, un berissense, ex delantero de Gimnasia que en 1970 jugó la semifinal contra Rosario Central (París era uno de los pibes que se bancó el 0-3 por huelga profesional). Con alma de pediatra, solucionó la cabeza de los jugadores, con un sublime grito de  “¡¡estamos creciendo!!”, dibujando en el rostro de todos la esperanza de dar vuelta el partido. “Les duele porque estamos creciendo” resonó una vez más en el húmedo camarín.

Mañana, 3 de septiembre, el club cumplirá 100 años. El mismo en cuyas baldosas jugaron por primera vez Martín Palermo, Guillermo Barros Schelotto y Gastón Sessa, en memorable categoría ’73 de LIFIPA. En la misma época una madre llevaba de la mano para que no rompa más nada en la casa a un tal Juan Sebastián Verón.

Por For Ever se han visto pasar personajes del fútbol barrial, cultores de la bohemia, de la amistad y de la desfachatada forma de jugar a la pelota, en forma muy bien organizada pese a la ausencia de capitales.

En este homenaje, hablaré de todos sus DT en los últimos años. Un reconocimiento a todos ellos a los que no se descarta como un fusible, porque llegaron por el honor, porque allí encontraron un refugio de sus sueños mas preciados.

Antes de París hubo otro caballero, el que le había dado el ascenso como subcampeón en 1989. Carlos Gómez, Carlitos. El que hasta festejó perder por penales el desempate por el primer puesto ante El Argentino (estaban ya los dos ascendidos), porque “si ganábamos nos mataban los churrasqueros”. Gómez, tranquilo como agua de tanque, y con aspecto de trabajador bancario, fue el primer DT que me recibió como periodista con una aceptación plena, por el solo y sagrado hecho de estar junto a ellos, difundiendo al equipo por la radio Rocha.

Pero, ¿qué sería de este club sin los Fracassi? Gustavo, “El Zorro”, el presidente desde hace varias primaveras, allá por 1991 aceptó el desafío de ser DT y con la doble función pudo traer el milagro a casa: ¡campeones, y campeones por primera vez! Tomó a la Primera en la segunda fase. Gómez los hizo clasificar con lo justo a la Zona Campeonato, novenos, en la vuelta a la 1ª A. Ganaron y clasificaron a la final donde ya esperaba el ganador del Apertura, CF El Cruce, con el mejor once de su historia. En el viejo estadio de 57 y 1, sábado soleado de diciembre 14, fui testigo cómo lo dio vuelta 2 a 1, con tantos de Andrés “El Negro” Candia y Alejandro “Pipo” Cabrera. Tal vez el batacazo más grande de todas las definiciones en cien años, con el Director Técnico y Presidente, un “Zorro” sin trampas que lo siguió desde la techada por no tener carnet habilitante.

Pero en el torneo de 1992 Gustavo no siguió (decisión parecida al tirador de flechas, que cuando da en el blanco hace su reverencia y se retira). Entonces, José María Talone, el “Mono”, otro berissense, pero a diferencia de París, éste criado en la Río de Janeiro y de la Cebra (París es Villero). Talone tendrá “por siempre” el orgullo de haber dirigido el Torneo del Interior al año siguiente, el debut en un torneo de AFA (no pasó la primera fase).

En 1994 le llegó el tiempo a un vecino, un amigo de la barriada, el recordado Hugo Omar Escudero, el “Topo”. Inmensamente humano, visceralmente Tripero, había atajado en épocas de For Ever en una liga Independiente (la “Amistad”). De joven había vivido en la misma sede, y cuando lo conocí, habitaba en la casita que está en pleno Parque San Martín, junto al campo de juego. Lloró con su padre, el “Congo”, el descenso, pero juntos disfrutaron el título en la “B”. Pero luego de esa gran alegría, en el ’96 y continuando en 1ª A, falleció, y en pleno partido. Jugaban For Ever y Tricolores, en cancha de Trabajadores de la Carne. Bajo la lluvia, Escudero seguía el partido desde el mástil ubicado entre las tribunas, cuando se descompensó al meter el gol del empate los visitantes: el 3 a 3. Se fue con su sonrisa eterna, sus broncas y su voz ronca de cigarros, pero se quedó para siempre por esa simpleza de las almas especiales.

Junto a Hugo Escudero, hubo otro tipazo, Hugo Ernesto Queiruga, que era ayudante del “Topo” y se ganó la simpatía de todos. Nos dejó en el 2005.

Para 1997 tomó el mando Roque Sixto Melián, junto al profe Fabián García. El hombre llegaba de una experiencia en Fuerte Barragán, pero en FE hizo su debut con 1ra. La idea de la Comisión era que Roque tuviera el apoyo del célebre N° 10, Hugo Capel, que en ese torneo, a los 36 años, se despedía de los cortos con la doble función de jugador y ayudante de campo.

Desde el 1998 al 2001 vinieron cambios profundos, con la presentación de Luis Coronel. El “Tío” debutaba en la Liga, tras una experiencia en fútbol al mando del equipo de la UOCRA, en la Liga Amistad. Empezaba como Profe, Andrés Candia, un alma mater del Albiazul.

En 2001 el escudo sumó su segunda estrella. Además, se había formado una hinchada, que lo seguía con bombos y banderas, inédito para un club acostumbrado a tener un puñado de familiares detrás del alambrado. La máxima alegría fue en la última fecha del Apertura, en Etcheverry, donde visitó a Everton (dirigido por un ex de la casa, Carlos Alberto Sparvieri). Everton puso el suspenso al ganar 2-0, pero igual todo For Ever dio la vuelta olímpica.

En 2002, el regreso del “Mago” Hugo Capel, el talentoso que jugara en Kimberley, Villa San Carlos y Cambaceres. Lo que demostró con la pelota al pie, no pudo ser con éxito desde el banco: ese torneo sufrieron muchas goleadas.

En 2003 dijo Gustavo Fracassi ‘vuelvo’, como para resucitar duendes del ‘91. Pero esta vez fallaron los resultados, salvo una gran satisfacción que le dedicaron los jugadores, un 3-0 a Tricolores, en el día de su cumpleaños, el sábado 27 de septiembre.

En todo el 2004 y parte del 2005 Gustavo Osmar Solis tomó la batuta. Un ex arquero, que venía de dirigir reserva de Everton. No pudo cumplir las metas y fue reemplazado por la dupla Guillermo Santos y Rodolfo Rajoy, que también permanecieron poco tiempo, hasta junio del 2006.

Para el Clausura 06 tuvo su chance un joven Martín Reyes, quien había vestido la pilcha azul y blanca en 2002. Su primera experiencia como DT terminó en un descenso a manos de Iris, en la cancha de Estrella.

En el 2007 la remaron en la B, y tras un primer campeonato sin suerte, en el 2008 se apostó todo a Héctor Uriel Parrado. “Pedrín” había jugado diez años antes, y esta vez debía demostrar armando grupos. Con mucho corazón ganaron el Apertura de la B, y si bien no pudo repetir en el Clausura (fue de Villa Montoso), el fin de año fue de adrenalina de finales. En el choque de campeones el Villero le amargó el directo. Pero el lunes 22 de diciembre For Ever ganó la Promoción ante Romerense, jugada a suerte o verdad en la cancha de La Plata FC. En el minuto 95 se desató una fiesta de película, gracias al tanto de Jonatan Azcona que selló el 2 a 1. El partido fue a puertas cerradas, y sin embargo, desde distintas partes del predio, se vieron cómo saltaban de los árboles a  fanáticos que no quisieron perderse la vuelta a Primera (al igual que en 1989, fue como segundo).

Uriel Parrado tuvo una larga estadía, hasta 2012, donde con el apoyo de la UOCRA acercó muy buenos jugadores con pasado en el ascenso. Jugaron el Argentino “C” y estuvieron varias veces cerca de meter un título.

En un muy particular como este 2013, el del centenario, llegó con el pergamino de técnico recién recibido Rodrigo Roselli, el hijo de un ídolo del barrio Mondongo, Luis  “El Conejo” Roselli (ex Gimnasia, Banfield, Vélez, Universidad Católica de Chile). Rodrigo contó con el apoyo de gente histórica del club y acercó a tres futbolistas con pasado en Primera A de la AFA: Marcelo Delgado, Juan Ojeda y Pablo Verón. Los tres ya no están para el Clausura que recién se inicia, pero lo del “Chelo” fue como un regalo del cielo, un premio a tantos años de fútbol jugado desde el alma y con sueños de una grandeza basada en la humildad.