El misterioso giro de 180 grados de Brown de Puerto Madryn

La vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida…”. Tal cual reza la segunda parte de la canción Pedro Navaja, interpretada por Rubén Blades, el humilde Guillermo Brown de Puerto Madryn cerró el año como la revelación del torneo de la B Nacional, quedando en zona de ascenso para jugar el año que viene en la Primera del fútbol argentino. 

Hace un año, sin embargo, esta institución jugó el Desempate con Gimnasia y Esgrima de Mendoza en Argentinos Juniors para evitar descender al Torneo Federal A, en la que se impuso por penales y mantuvo la categoría. 

Este cambio de 180 grados en tan poco tiempo despertó muchos comentarios en el ambiente futbolero, especialmente en el contexto del año convulsionado que atravesó la AFA y la clase dirigencial. 

Brown de Madryn se fundó en 1945 y ha sido siempre un exponente de Chubut, una provincia que no se hizo fuerte por el fútbol, como otras plazas de Argentina como Córdoba, Tucumán o Mendoza. 

Bajo el mando de Carlos Eliceche, quien fue presidente de 2000 hasta 2015, el club fue creciendo, especialmente en el último tiempo, gracias al peso político de esta persona y a la ligazón con Armando Capriotti, un histórico dirigente de la AFA con poder en las categorías del Ascenso.

Eliceche fue concejal e intendente de Puerto Madryn y llegó a ocupar el cargo de diputado a nivel nacional. Eso le permitió ayudar económicamente al club, que en poco tiempo construyó la cancha de césped sintético para el plantel profesional. También hubo aportes que sirvieron para desarrollar disciplinas tales como el hockey y el básquet, incentivando la llegada de nuevos socios.

Hace más de un año llegó a la presidencia Néstor Lorenzetti, pero quien siguió invirtiendo y colaborando de manera colateral fue el propio Eliceche.

Además de sus apoyos políticos, por su poder y contactos, el extitular del club obligó al grupo Pescapuerta y a la empresa Sofía Pesca a apoyar el mercado futbolero de la institución. No obstante, su amistad con Capriotti fue clave en el ascenso a la B Nacional, colaborando con la institución sureña. Sin embargo, cuando los pagos de Eliceche no aparecieron, la relación sufrió turbulencias, aunque siempre hubo amigos políticos y pesqueras patagónicas en la respuesta.

Lo concreto es que hoy el club es la gran sorpresa de la segunda división del fútbol argentino, sigue sumando peso en AFA y sueña con volver a jugar contra River, pero esta vez en la máxima categoría.

La salida de Bangardino del club

El exarquero de Gimnasia, que está entrenando con Villa San Carlos a la espera de sumarse al plantel para la segunda parte de la temporada, se refirió a su salida de Guillermo Brown de Puerto Madryn, club en el que militó en la primera parte del año.

“Se dio la chance de entrenar en San Carlos y no podía desaprovecharla. Por cuestiones personales, luego de cerrar el primer semestre en Brown de Puerto Madryn, decidí venir para estar más cerca de la familia. Hablé con los directivos y espero que todo salga de acuerdo a lo hablado”, reconoció el golero.

—¿Te sorprende que hoy Guillermo Brown sea el puntero de la B Nacional y se ubique en zona de ascenso a Primera?

—No, porque hicimos un buen primer semestre, quedando entre los primeros cuatro puestos. En realidad se buscaba la permanencia, pero una cosa lleva a la otra y hoy el equipo se encuentra en el primer lugar de la tabla. Hay un buen plantel, con jugadores que están pasando por un gran momento.