El oficio de Pavone para allanar el camino al éxito

Volvió a jugar con Lugüercio tras una década e hizo echar a un rival

Como reza la canción de Andrés Calamaro, “si diez años después, te vuelvo a encontrar”, mucho mejor será con una victoria...

El 17 de junio de 2007, por la última fecha del Clausura, en Sarandí, el equipo de Diego Simeone cerraba la temporada que lo vio campeón en el Apertura 2006. Empataba 1 a 1 con Arsenal y en la cancha jugaban, por última vez juntos con la casaca del Pincha, Pablo Lugüercio y Mariano Pavone.

El encuentro de ayer en la altura marcó el regreso de dos de los protagonistas de aquella inolvidable conquista: diez años después volvieron a coincidir con la albirroja (ayer con la gris) en un campo de juego.

El Tanque, en buena forma tras su paso por Vélez, se mostró activo pese al ritmo que la altura le imprimía al partido y, sin un acompañante fijo en la zona de ataque, se las ingenió para generar peligro en cada avance.

A Lugüercio, los casi 4.000 metros parecieron condicionarlo más. Concretó un buen comienzo jugando por derecha, en una posición similar a la que tuvo en su último paso por 

Aldosivi, e intentó cerrarse cuando el equipo acumulaba juego en el medio. De allí surgió una buena combinación que terminó con una habilitación suya a Pavone, pero el Tanque no llegó a conectar dentro del área.

Ya en el segundo tiempo y con la idea de equilibrar energías, el Payaso limitó las subidas, haciendo el ida y vuelta según las proyecciones de Sánchez, hasta que fue reemplazado.

Pavone mostró todo su oficio sobre los 25 del complemento, cuando forzó una reacción de Edson Pérez que dejó a Nacional con diez jugadores, lo que sería vital para el desarrollo. Sobre los 32, antes del gol de Tití Rodríguez, tuvo en sus pies la más clara del encuentro, cuando capturó un rebote dentro del área que Ruth contuvo con mano cambiada.

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