“Estoy perdiendo días de trabajo, siento una tristeza inmensa”

En la tranquilidad de su Azul natal, el árbitro agredido en un partido del Federal B, Claudio Elichiri, atendió al diario Hoy en pleno proceso de recuperación y arrojó sus sensaciones sobre lo ocurrido en el bochornoso episodio que marcó su carrera

Yo trabajo con mi viejo, somos constructores, me desem­peño como albañil y estoy perdiendo días laborales. Si no lo hago, no como, es fácil. A mí me pagan por día y la situación se está tornando complicada. Voy a esperar que todo salga adelante, no queda otra”. Así comenzaba la nota Claudio Elichiri, el árbitro que fue agredido y se encuentra inmerso en un manto de bronca, tristeza y dolor, soportando  las secuelas de una agresión que quedará en la historia del fútbol argentino como otro capítulo negro en el marco de la dura realidad que atraviesa hace años la práctica de este deporte.

Desde su casa, donde aguarda por una rápida recuperación para volver a trabajar, el colegiado le brindó a este medio la posibilidad de conocer el trasfondo de esta película de terror que lo tuvo involucrado, tras arbitrar el partido entre Sarmiento de Ayacucho y Sansinena de General Cerri: contó la solidaridad que tuvo todo el ambiente del fútbol para con él, reveló que recibió un llamado del propio Marcelo Tinelli y se refirió a la repercusión del hecho en varios países del mundo.

—¿Cómo te sentís y cómo afrontás la recuperación?

—Siento una tristeza inmensa y una bronca terrible por todo lo que pasó. No puedo parar de recordar cada momento, es la primera vez que me pasa esto. Tengo tres hijos y no pude ir al acto de graduación de uno de ellos. Me estoy recuperando bien, si es que se puede decir así, pero los dolores están. Llevará su tiempo la recuperación total.

—¿Hubiera sido correcto parar el fútbol?

—No soy de la idea de parar el fútbol, pero un parate no hubiese estado mal. De todas formas, si se para y no cambian las cosas, no sirve de nada.

—¿Qué recordás del momento puntual de la agresión?

—Te soy sincero: pensé que nos mataban a todos. Los primeros en agredir fueron los jugadores locales de Sarmiento y después entró muchísima gente proveniente de todas partes de la cancha. Fue realmente una locura.

—¿Hubo escasa custodia policial?

—A mi criterio, había pocos policías en el estadio por tratarse de una semifinal, de un partido de esas características. Necesitábamos más efectivos, estábamos a la deriva.

—¿Por qué pensás que siguen pasando este tipo de agresiones?

—Esto pasa porque hace tiempo se dejó instalar la violencia en el fútbol. Hasta que no se tomen las medidas adecuadas, van a seguir sucediendo situaciones lamentables. Yo la puedo contar, gracias a Dios, pero no tiene que pasar nunca más, se puede cobrar una vida.

—¿Se acercó a disculparse alguno de los agresores?

—No, nadie me llamó, ni dirigentes del club, nadie. Igualmente es algo normal…

—¿Sabías que tu caso tuvo mucha repercusión?

—Sí, totalmente, se vio por todos lados. Me llamaron periodistas de Estados Unidos y España. Acá en Argentina se solidarizaron todos los árbitros de Primera, me llamó la gran mayoría. Además, se comunicó Marcelo Tinelli, preguntándome si necesitaba algo. La verdad es que, en ese sentido, recibí un apoyo importante.

—¿Vas a volver a dirigir?

—Sí, me voy a tomar un tiempo para que pase todo, priorizando mi recuperación, y después continuaré. Ánimo para seguir tengo, las ganas siempre están, no voy a abandonar.