La receta para definir una licitación millonaria entre cuatro paredes

Apurados en terminar el estadio, la dirigencia de Estudiantes le adjudicó una obra millonaria a un integrante de la comisión directiva que en su momento había puesto a disposición su renuncia. ¿Hubo ventajas en la adjudicación?

Por Garganta Profunda

Caminar por calle 1 y observar el avance del estadio del Pincha despierta mucha satisfacción. Todo muy lindo, es cierto. Los árboles empiezan a florecer y los pajaritos cantan esperando por los goles que vuelvan a llenar de alegría el bosque. Pero detrás de esta primavera roja y blanca, parece que algunos dirigentes están dispuestos a pasarse de vivos y buscarían liquidar los últimos centavos de la caja antes que finalice la gestión…

Según me confirmaron mis fieles informantes de la sede, hacia finales de julio se resolvió una licitación entre cuatro paredes entre algunos integrantes de la comisión directiva para elaborar los trabajos de carpintería metálica en el estadio de 1 y 57.

Teniendo en cuenta que hay poco tiempo para terminar la cancha y un llamado a licitación pública hubiese atentado con los plazos, no tuvieron mejor idea que otorgarle la elaboración de las bases de las plateas de 115  y los paravalanchas de las cabeceras a la empresa de un vocal que hace un tiempo había puesto a disposición su renuncia. ¿Y a qué no saben quién entró en escena? ¡Sí!, César Liberatore, el mismo que quiso tapar los bastonazos de Pachamé en 2012, cuando al viejo caudillo le daban ataques de nervios y arremetía contra el que tenía enfrente. 

A través de la firma Dobla Chap SA, Liberatore recibió la adjudicación de obra con la complicidad de sus compañeros de comisión, y según revelaron fuentes del club cobrará cerca de un millón de pesos para confeccionar las bases donde estarán apoyadas las butacas de la platea de 115, que por estas horas están en plena colocación.

Además Dobla Chap también recibiría 1.183.000 pesos que le demandó al club la confección de 86 paravalanchas, barandas de contención y soportes para las tribunas.

La pregunta que me representa esta situación es la siguiente: ¿corresponde éticamente que una persona que integra o integró una gestión participe de una licitación interna por una suma millonaria?

¿Es compatible la función de adjudicatario y proveedor de la misma obra? ¿De qué manera, cómo y cuándo se van a asentar las facturas de esta obra en un balance que según cuentan los propios dirigentes ya estaría cerrado?

Además de la relación de complicidad entre los dirigentes que se adjudicaron la obra, Dobla Chap SA no arrastra los mejores antecedentes ante el Banco Central. Concretamente, en los registros del BCRA figura el rechazo de dos cheques por no tener fondos a lo largo del 2014, antes de recibir la adjudicación de la obra millonaria en el Pincha. ¿Estaría entrando en pérdidas y decidieron pararse con Estudiantes?

Concretamente el 23 de marzo del 2014, Dobla Chap SA emitió el documento 89196655 por 17.850 pesos que no tenían fondos en la cuenta del Banco Central.
El 27 de julio del 2013, en tanto, también se firmó un cheque sin fondos por el monto de 13.818 pesos.

En total, en los registros del Banco se acumula una suma de 32.400 pesos con 42 centavos en concepto de documentos emitidos sin fondos, que conllevan una oscura mancha para la firma que ahora trabaja en la terminación de la cancha de Estudiantes a contrarreloj.

Como la canción de Ignacio Copani, ¿cuánto nos va a salir si al estadio lo atamos con alambre?