Las manos de Martín Arias y el oportunismo de Imperiale

El arquero del Lobo tuvo atajadas espectaculares y fue determinante en el triunfo albiazul. El volante, que anotó su primer tanto, integró el podio 

Gimnasia avanzó a los cuartos de final de la Copa Argentina porque levantó considerablemente su nivel en relación a los partidos anteriores. El Lobo fue ordenado, práctico, recuperó algo del poder ofensivo que había perdido, y en especial tuvo las atajadas de Alexis Martín Arias. 

El golero fue determinante en el segundo tiempo para sostener la ventaja. Volando al palo derecho, al izquierdo, sacando remates con la mano cambiada y hasta con los pies, tuvo intervenciones espectaculares que marcaron el destino del partido. 

A excepción del rebote corto que terminó con una salvada de Maximiliano Coronel tras un remate de Gustavo Bou, no tuvo errores y sin lugar a duda redondeó una noche consagratoria. Ya nadie discutirá que se ha ganado la titularidad. 

Daniel Imperiale y Lucas Licht, por regularidad, se metieron en un podio imaginario que podría haber tenido varios candidatos. El volante que llegó de Quilmes se ubicó por derecha para tapar la subida de Acuña, y no solo lo logró, sino que además se animó a pasar al ataque. En una de esas subidas, anotó el tanto del triunfo, lo que significó su primera conquista con la camiseta de Gimnasia. El Bochi, quien terminó exhausto, también jugó en gran nivel.  

El resto acompañó con rendimientos que alcanzaron el aprobado. Gorga y Coronel  sacaron cada pelota que cayó en el área; Perdomo se multiplicó en la marca; Chirola fue clave para mantener el equilibrio; Carrera fue de mayor a menor, mientras que Niell e Ibáñez, además de  sacrificio, le aportaron movilidad en ataque. 

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