Fieles seguidores de una pasión

ENVIADOS ESPECIALES

Viernes 4 de la mañana. La alarma del celular de Diego, en la casa del barrio La Loma, se enciende anunciando el momento de interrumpir el descanso. Otra expedición a la Costa se pone en marcha. 

La escena se repite, tanto en La Loma como en Tolosa y Ringuelet. Desde allí partieron miles de hinchas de Estudiantes que formaron parte de una verdadera odisea que se extendió por 24 horas, con poco descanso, pero con una ilusión: ver nuevamente a Juan Sebastián Verón dentro de la cancha con la camiseta número 11 en la espalda. 

Por disposición de los organizadores, la caravana de micros emprendió el rumbo ayer a las 5 desde el Estadio Ciudad de La Plata. 

La hilera de 18 colectivos la encabezó el grupo de Los Leales, quienes tenían aprendido el recorrido de antemano, asumiendo que, por los controles, el viaje se iba a extender por más de seis horas. 

Minutos antes del mediodía, y con un sol que rajaba la tierra, la caravana de simpatizantes del Pincha ingresó a Mar del Plata, pero tuvo que instalarse en La Serena, aproximadamente a unos 30 kilómetros del centro de La Feliz. 

Teniendo en cuenta la distancia de La Plata a la capital turística (380 kilómetros), sumado al recorrido que debieron hacer dentro de General Pueyrredón, (unos 60 kilómetros más desde el ingreso hasta La Serena, y desde allí al estadio José María Minella), entre la ida y el regreso a La Plata, más el trayecto a sus respectivos hogares, los simpatizantes recorrieron casi mil kilómetros para ver al equipo. 

Durante la tarde no faltaron aquellos bañistas que se animaron a disfrutar de la jornada de playa y llegaron al estadio con la ropa humedecida por el agua de mar. Otros, en cambio, optaron por improvisar un picnic y refrescarse durante gran parte del viernes, antes de ir a la cancha. 

En la zona sur de Mar del Plata, en efecto, el rojo y blanco tiñó el paisaje de la tarde del último viernes del mes de enero, plagado de turistas y veraneantes que siguen eligiendo precios por sobre calidad, a la hora de hospedarse o salir a comer. 

Ellos, los fieles seguidores del León, dejan de lado el descanso y se inclinan por pernoctar en la Ruta 2, con la excusa de mantener vigente el sueño de volver a repetir viejas hazañas con Verón, Andújar, Braña y Desábato como principales protagonistas. 

Variedad de precios para despedir enero en la Costa

El último fin de semana de enero recibió a miles de turistas que plagaron de autos el centro y colmaron las expectativas de los comerciantes del rubro gastronómico de Mar del Plata. 

Si bien los lugareños consideran que la temporada viene cumpliendo parcialmente con los números estipulados que se habían generado a fines de 2016, la realidad indica que, de acuerdo al punto geográfico que uno elija, se pueden encontrar precios populares para salir a comer. 

Una parrillada en la zona de la peatonal San Martín, por ejemplo, demanda una inversión promedio de 450 pesos por persona, si se tiene en cuenta la bebida y servicio de mesa. En cambio, alcanza con recorrer unos cinco kilómetros hasta la zona del Puerto, en donde se puede cenar por 290 pesos, con postre incluido. Esto es lo que cuesta, por ejemplo, una picada de mar compuesta por langostinos, pulpo, rabas y camarones, en uno de los restaurantes más populares de Mar del Plata. 

Los comercios más cercanos al Casino 

Provincial ostentan un nivel más alto en cuanto a infraestructura, y se supone que reciben a turistas de mayor poder adquisitivo. Sin embargo, la brisa de mar inspira hasta al más cuidadoso de su bolsillo; también hay quienes se animan a jugarse un pleno y, con la suerte de su lado, gastarse hasta mil pesos en una sola noche para comer. 

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