Necesita un Ángel en los partidos claves

Poné los fideos que estamos todos”, rezongó medio país futbolero al ver la imagen de Ángel Di María tomándose una pierna cuando promediaba el primer tiempo. Desgarro, y un rápido reemplazo del DT Jorge Sampaoli, quien decidió incluir a Marcos Acuña (venía de jugar en el estadio Centenario).

Lo del mediocampista ya es una especie de karma, una saturación de antecedentes que se suman a la agenda de partidos importantes y claves de la Selección. 

A tomar nota: en la Copa del Mundo de Brasil 2014, frente a los belgas, en cuartos de final, cuando apenas iban 27 minutos, acusó un fuerte dolor muscular. Por ello, se ausentó del resto del certamen, final incluida.

Un año después, durante la Copa América de Chile, tras una de esas largas corridas, salió lesionado a los 28’ (ayer le pasó a los 24’) y en su lugar terminó entrando Ezequiel Lavezzi.

En 2016, en suelo estadounidense, tampoco pisó bien: el lamento de todos se dio en otra Copa América (la Centenario), ante Panamá, cuando sufrió un desgarro. Aquí también lo padeció en el primer tiempo (a tres de que caiga el telón). Sin embargo, Gerardo  Martino (el por entonces DT) lo esperó y trece días después Fideo logró recuperarse para disputar “a media máquina” el último juego. 

Por si faltaran malos tragos, en su época de Sub 20 no pudo jugar la final del Mundial de Canadá.

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