Promover la paz, la misión de la Selección de refugiados en Río

Cinco corredores de Sudán del Sur, un maratonista de Etiopía, dos nadadores sirios y dos judocas de la República Democrática del Congo ingresarán el 5 de agosto al Maracaná con la bandera olímpica: serán el equipo de los refugiados

El Comité Olímpico Internacional seleccionó a los 10 atletas que competirán bajo la bandera olímpica en los Juegos de Río de Janeiro 2016. 

“Su participación es un tributo a la perseverancia de todos los refugiados al superar la adversidad y construir un futuro mejor”, relató Filippo Grandi, responsable de la Oficina del Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados.

El primero de los representantes es Yonas Kinde, quien huyó en 2011 de su país natal, Etiopía. A sus 36 años trabaja como taxista en Luxemburgo, lugar en el que utiliza sus ratos libres para hacer lo que más sabe: correr. 

En la misma disciplina se encuentra Yiech Pur Biel, quien escapó de Sudán en 2005, en medio de una guerra civil, y llegó a un campo de refugiados ubicado en el norte de Kenia por sus propios medios, donde reside hasta el día de hoy.

Por su parte, la historia de Yusra Mardini conmovió al planeta en enero de 2016: con apenas 17 años, logró llevar a tierra firme el bote que trasladaba a 20 personas que huían del conflicto en Siria. Ahora será abanderada olímpica.

En otra dirección, el maratonista James Nyang Chiengjiek huyó cuando tenía apenas 13 años de Sudán para evitar ser secuestrado por los rebeldes que reclutaban niños para convertirlos en soldados.

Anjelina Nadai Lohalith ha sido otras de las víctimas de la crisis de Sudán. A los seis años perdió todo contacto con sus padres y hace un tiempo supo que su pueblo natal ya no existe, pero que sus familiares están vivos. Debido a su capacidad para correr, fue seleccionado para practicar en un “campo de entrenamiento especial”.

El judoca Popole Misenga tenía nueve años cuando escapó de la República Democrática del Congo y fue rescatado luego de ocho días deambulando en un bosque.

Rose Nathike Lokonyen descubrió sus cualidades hace apenas un año, cuando salió segunda en una carrera de 10km. Fue otra de las víctimas de la guerra de Sudán que escapó a Kenia con solamente 10 años. La corredora encontró una puerta en el atletismo para salir de una dura situación y espera ayudar a las personas que son víctimas de los conflictos armados.

Paulo Amotun Lokoro nació en Sudán y vivió como pastor allí durante gran parte de su vida. “Sé que estoy corriendo en nombre de los refugiados. Yo era uno de ellos allí en el campo”, contó.

Yolande Mabika conoció el deporte que la llevó hasta Río en un centro de refugiados para niños: “El judo nunca me dio dinero, pero sí un corazón fuerte”.

Rami Anis se vio obligado a abandonar la ciudad de Alepo en Siria por los conflictos armados suscitados en su país. En su tierra natal y gracias a su tío Majad, nadador profesional, había conocido la natación: ahora define la piscina como su casa.

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