“Que me comparen con Palermo es un orgullo”

Facundo Bruera dialogó mano a mano con diario Hoy. El joven delantero, una de las promesas de las Inferiores, habló sobre la importancia de su familia en el gran presente que atraviesa 

Con 1,93m. de estatura y 18 años, Facundo Bruera, hijo de Pablo (exintendente de La Plata), asoma como una de las principales promesas, en tiempos donde las lesiones acecharon a otros jugadores del mismo puesto, como Lucas Viatri o Javier Toledo.Con paso cansino, pero firme, celular en mano y mochila a cuestas, este joven de la Reserva afronta el cruce con El Clásico una vez terminada la práctica matutina. “Tengo que pedir autorización primero”, se ataja, obediente, sin alejarse de las normas internas. 

Permiso mediante, el estudiante de Medicina y futuro goleador del Pincha se soltó en una charla amena que sirvió para conocerlo un poco más.

“Estoy muy feliz, intento aprovechar cada momento y disfruto de entrenar con grandes jugadores, como Desábato o Schunke, en cada práctica”, contó el juvenil.

“Hay mucha intensidad en Primera. Acá no tenés tanto tiempo para darte vuelta y definir o tomar decisiones. Si no resolvés rápido, te comen”, señaló el joven, apelando a una expresión futbolera. 

El hijo del exintendente de La Plata también se hizo lugar para valorar el esfuerzo hecho el año pasado y dijo: “Tuve un buen 2016, hice goles y pude jugar en Reserva. Quiero aprovechar y debutar, si es que me dan la chance”. 

Además, el director técnico del Pincha ya le marca diferentes situaciones de juego, ante lo que Bruera confesó: “Me pide que juegue a uno o dos toques y que aguante de espaldas al arco”.

En el Country City Bell, quienes comparten a diario los trabajos con este futbolista, suelen compararlo con el exgoleador surgido en las inferiores del Pincha, Martín Palermo. Sin embargo, para el atacante no es una carga: “Me comparan con él pero no me meten presión, me encanta, es un orgullo”. 

El futuro ya llegó

Facundo Bruera, que ahora puede formar parte del plantel de Primera con compañeros que hicieron todas las Inferiores junto a él, como Matías Ahumada o Bautista Cejas, considera que dicha situación es muy importante para sentirse cómodo y seguir creciendo como jugador, por lo que destacó: “Compartir el entrenamiento o el vestuario ayuda, yo les pregunto a ellos, que ya tuvieron experiencias con los más grandes”.

La familia y sus estudios

El chico de 18 años, que terminó el colegio el año pasado en Misericordia, ahora se encuentra estudiando para el ingreso a la Facultad de Medicina. Sus padres y su entorno familiar fueron claves para mantenerlo con los pies sobre la tierra ante tanta presión del mundo del fútbol.

Por otra parte, respecto a la situación de su tío Mariano a principio de año, el joven indicó: “Fue difícil, pero la familia siempre estuvo unida y lo apoyamos en todo momento”, concluyó el delantero. 

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