Raíces Maristas

José Altube, histórico apertura azulgrana y hoy entrenador del equipo que volvió a ubicar a San Luis en los Play-off del rugby de Buenos Aires, dialogó en exclusiva con este medio y adelantó el duelo de mañana ante el SIC

Allá por el año 2000, el diario Hoy lo mencionaba en el título de una nota como “El pie mágico”, ya que el histórico apertura Marista, José Altube, era una pieza clave en el andamiaje del equipo de aquellas épocas, hasta vistiéndose de goleador. 

Hoy la historia lo tiene nuevamente como protagonista, pero viendo desde el banco de suplentes a su querido club, que en unas horas volverá a pisar una instancia que no alcanzaba hace cuatro años. Al respecto, el ídolo azulgrana dialogó con este medio y adelantó el trascendental cruce de mañana ante el SIC en la Catedral del Rugby, a partir de las 16.10.

—¿Cómo se manejan los nervios?

—La verdad es que estoy muy tranquilo, pero con ganas de que llegue el partido. Intento disfrutar la semana, aunque es inevitable no pensar todos los días en el duelo contra el SIC.

—Conocen al SIC, ¿qué deben mejorar para no cometer los errores del último partido?

—Analizamos mucho el partido pasado. Recuerdo que tuvimos un primer tiempo flojo y pateamos mucho la pelota, que no es nuestro fuerte. En el segundo lo pudimos dar vuelta, pero sobre el final ellos se encontraron con un try, convirtieron y se quedaron con el encuentro. La clave será tener la pelota, atacarlos donde ellos son más débiles, hacer nuestro juego dinámico, con varias fases, y ser conscientes de que es un partido definitorio. Habrá que ver cómo reaccionan ellos después de la durísima lesión de su pilar, Jerónimo Bello; es algo muy delicado, que seguramente influya en su rendimiento emocional. Por otra parte, la URBA implementará este fin de semana un cuarto árbitro para ocuparse de los scrum, y justo el debut va a ser en nuestro partido, así que habrá muchos condimentos. 

—¿Por dónde crees que va a pasar la clave?

—En la obtención del scrum; allí estará la clave, será importante estar fuertes en ese sentido y bien concentrados. Como sucede siempre en los partidos decisivos, el que obtenga más pelotas se terminará quedando con el juego.

—¿Es muy difícil soñar con las semifinales?

—Será un partido entre el tercero y el sexto, no hay una gran distancia. Es un certamen muy parejo ya que, después de Hindú y Belgrano, que están un escalón por encima del resto, no hay resultados claros. Tenemos la cabeza puesta en el presente, no pensamos más allá. Siempre fuimos detrás de objetivos cortos: primero fue quedar entre los primeros 12 y luego clasificar a los Play-off. Ahora focalizamos todo en el duelo ante el SIC. 

—¿Cómo está el club después de los últimos Play-off en 2012?

—Es un equipo muy distinto al que jugó en 2012 y es otro rugby también, mucho más intenso. Antes no agotábamos los ocho cambios y hoy sí, es todo más dinámico. En cuanto a aquel plantel había gente más grande y hoy son más jóvenes, con un juego más dinámico. La experiencia puede jugar a favor y en contra. A este plantel le sobran ganas y hambre de ganar algo. 

—¿Qué opinión te merece el gran momento de Agustín Creevy?

—A veces nos sorprende todo lo que hace: uno recuerda cómo arrancó y ahora observa al lugar que llegó. Cuesta tomar dimensión, ya que lo vemos periódicamente en el club, aunque es difícil estar a solas con él porque es muy requerido. Igualmente, en San Luis está más tranquilo; en otro lugar parece imposible, es como una estrella (risas). La relación es bárbara, tiene una personalidad particular, es muy amigable.

La fecha del adiós al Mago

Tras 18 temporadas ininterrumpidas, José Altube se despidió como jugador de rugby.

Desde el debut frente a Newman en 1991 hasta el retiro en 2008 pasaron 427 partidos y 5.233 tantos, que enaltecieron la figura de este implacable goleador.

El Mago fue el máximo anotador del torneo de la URBA en 1998, 1999 y 2000 (el equipo fue semifinalista). A su vez, salió campeón del Nacional de Clubes en 1998 y logró el tercer puesto dos años después.

Tuvo el honor de ser campeón con el seleccionado juvenil de menores de 19 de Buenos Aires e integró varios combinados mayores de la URBA. Además jugó en Los Pumas.

Aquella última vez del Ciclón 

“Luchamos mucho por llegar hasta acá. Creo que es merecido porque la peleamos desde abajo. Eso explica tanta emoción. Pero hay que seguir, tenemos con qué", decía, con solo 18 años, un joven Manuel Gnecco, quien daba sus primeros pasos en el plantel superior y quien hoy, por una lesión, se perdió casi todo el campeonato. Esas frases reflejaron la alegría de un equipo Marista que hizo historia al vapulear 65 a 14 a CUBA, para clasificar a cuartos de final y jugar ni más ni menos que ante La Plata.

Aunque el clásico quedó en poder del Canario (20 a 13), ese grupo realizó un campañón, que el sábado puede ser superado.