Sin más contrato que defender al equipo del barrio

Centro Fomento Los Hornos está preparando su regreso a la Primera A de la Liga local y mudó su pretemporada a Punta Indio. ¿Cómo se hace cuando la crisis golpea a los bolsillos? Esta barra de amigos futboleros da cátedra al respecto

Una estancia en Punta Indio, a la vera del río, no es lo mismo que entrenar sobre la 131 con el ruido de los motores. Al menos eso pensaron los del cuerpo técnico y la Subcomisión de Fútbol del Centro de Fomento Los Hornos. 

Sin embargo, cabe la pregunta: ¿cómo se hace una pretemporada “lejos de casa” siendo un club de la Liga Amateur, incluso cuando el año todavía no les ha permitido aún ingresos, ya sea por entradas o por bufet? Antes del viaje, hubo mucha organización, unión y empeño, valores que los de la banda azul tuvieron de sobra para conseguir el último ascenso.

Desde la misma delegación salieron donaciones: uno adquirió agua mineral; otro, un cajón de pollos y hasta las tostadas y cereales para el desa­yuno. Con esfuerzo lograron ahorrar, porque hubo quienes madrugaron para comprar más baratas las frutas y las verduras en el Mercado. 

Llegaron a Punta Indio, y una onda positiva los abrazó en el sencillo hospedaje de la Estancia Santa Rita: se reunieron 40 jugadores, en sus automóviles, desde los más conocidos hasta los pibes de la Cuarta, a quienes les rasuraron la cabeza. 

Pastafrolas elaboradas por la mujer del querido “Gato” Andrada fueron el combustible de un desa­yuno placentero, compartido en grupo, antes de pasar a la exigencia física del Profe Facundo Sánchez.

Después del entrenamiento hubo tallarines y siesta, porque los trabajos continuarían por la tarde. A la noche, y como premio para los jugadores de un club bien familiar, degustaron unas deliciosas presas de pollo con ensalada.