Soñando con picar la naranja en el Río de La Plata

El presidente de la Confederación Argentina de Básquet, Federico Susbielles, dialogó con este medio desde Suiza, tras haber presentado oficialmente ante la FIBA la candidatura para organizar junto con Uruguay la Copa del Mundo de la disciplina en 2023 

Tras formalizar en la jornada de ayer la candidatura ante FIBA para organizar junto con Uruguay el Mundial de Básquetbol 2023, el presidente de la CABB, Federico Susbielles, dialogó con este medio, luego de haberse presentado junto a Patrick Baumann, secretario general de la Federación Internacional, en la ciudad suiza de Mies.

Al respecto, la máxima autoridad de la entidad madre del básquet argentino le contó a El Clásico cómo se prepara para lograr organizar este compromiso y, entre otros temas, aportó su parecer sobre el momento de recambio que atraviesa el deporte de la naranja en nuestro país.

—¿Cuál fue el saldo tras formalizar la candidatura ante FIBA?

—Fue muy positivo. Pudimos presentar formalmente la candidatura después de varios meses de trabajo en conjunto con Uruguay. Nos pone realmente muy contentos para seguir, ya que contamos con el apoyo de ambos gobiernos. Me voy con buenas sensaciones.

—¿Por qué la elección de Uruguay para trabajar en conjunto?

—La idea surge tras una iniciativa de FIBA de poder realizar torneos con multisedes, y al ver que había candidaturas europeas, que plantearon trabajar con varios países en conjunto, se lo propusimos a Uruguay. Sin duda nos servirá para fortalecernos, como a ellos también en pos de su crecimiento. Además, al margen de ser dos países, mantenemos prácticamente las mismas raíces culturales, entendiendo de la misma manera el deporte, por lo que será una unificación importante para organizar un gran mundial.

—¿Cuán importante es la llegada de una marca como Nike al básquet argentino?

—A través de la llegada de Jordan, va a vestir a todos los seleccionados nacionales, es muy importante que una marca de la magnitud de Nike apueste a esponsorear nuestros proyectos, significa un crecimiento también para el básquet argentino. Sin duda, la historia que ha logrado nuestro deporte fue fundamental, y seguiremos trabajando como hasta ahora para generar otros patrocinadores internacionales en pos de acrecentar el avance.

—¿Cómo está el básquet nacional?

—Está en un muy buen momento, con una Confederación generando prestigio a nivel internacional y programas formativos y de desarrollo como nunca antes había sucedido. La Liga Nacional también se encuentra en pleno crecimiento. Lo positivo es que todos tiramos para el mismo lado, en pos de tener el mejor básquet en nuestro país.

—¿Cuáles son las expectativas en el recambio generacional del seleccionado argentino?

—Son muy buenas. Creo que al extenderse la carrera de la Geración Dorada con grandes jugadores como Scola, Delfino, ni hablar de Manu, Prigioni y el Chapu, permitió que los nuevos sumen mucho vestuario y experiencia. Eso marca que deportistas como Campazzo, Laprovittola, Garino, Brussino y Delía puedan adaptarse a lo que hoy pretende el básquet mundial. Ahora será cuestión de seguir trabajando para mantener la vara en lo más alto.

Va por la tercera, pero tiene rivales de peso

En caso de concretarse, Argentina organizaría su tercera Copa del Mundo, ya que lo hizo en 1950, cuando se adjudicó el título, y en 1990, donde concluyó en el octavo puesto. Uruguay, por su parte, fue anfitriona de la máxima cita del básquet en 1967.

En tanto, ambos países no la tendrán fácil en la pelea por quedarse con la organización, debido a que otras naciones de peso mostraron interés en ser sede y competirán para 2023. 

Tales son los casos de potencias como Turquía, Serbia, Rusia, Polonia, Israel, Australia, Hong Kong, Japón y Filipinas.

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