“Teníamos la misma presión que River y pudimos ascender”

Diego Herner, exdefensor de Gimnasia, juega hace cinco años en Colombia y logró el ascenso a Primera con América de Cali, uno de los equipos más grandes de ese país 

Diego Armando Herner lleva cinco años jugando en Colombia, un país que le abrió las puertas después de su experiencia por Europa, aunque sus raíces las forjó en Gimnasia, donde debutó allá por 2001.

Las vueltas del fútbol lo hicieron recalar en Independiente de Medellín tras su breve paso por la Universidad de Las Palmas. De a poco se fue ganando un lugar en este mundo “cafetero”, que el año pasado lo llevó a lograr un hecho histórico: devolver al América de Cali a la máxima categoría.

En diálogo con este medio, el defensor contó su experiencia del ascenso, su convivencia dentro del equipo con Ernesto “Tecla” Farías y la actualidad del fútbol colombiano. 

—¿Tuviste un 2016 bueno? 

—Sí, me tocó llegar a América de Cali en una situación difícil, ya que teníamos la obligación de volver a Primera después de cinco años. La presión era la misma que tuvo River en su momento en Argentina, y pudimos ascender. Fue muy importante, ya que es uno de los equipos más grandes del país.

—¿Cómo es tu situación contractual?

—Ahora se me terminó el vínculo con Independiente Medellín y voy a continuar en América. Se venció el préstamo pero hicieron uso de la opción y va a ser un lindo desafío jugar en Primera con este club. 

—¿Seguís a Gimnasia?

—Soy más de ver el fútbol que juego, no miro tanto partidos de otros equipos. De todas formas, sigo a Gimnasia por las redes sociales y tengo mucho cariño por la gente, ya que estuve siete años ahí.

—¿Cómo es el fútbol de Colombia?

—Es muy diferente al argentino. Es muy técnico y más vistoso, pero a la vez es menos táctico, al principio cuesta adaptarse. Hay equipos que juegan muy bien y Atlético Nacional es uno de ellos, por algo ganó la Copa Libertadores y está siempre peleando arriba. Con el América siempre tenemos la obligación de ganar todo, campeonato, amistosos y todos los partidos que juguemos, porque somos uno de los equipos más grandes del país. Imaginate la presión de la gente todos los fines de semana.

—¿Te dan ganas de volver a la Argentina?

—Vivo con mi mujer, Cecilia, y nuestros dos hijos, que nacieron en Colombia. La verdad es que estamos muy bien con la familia y ya llevamos cinco años. La idea, por lo pronto, no es volver al país. Aunque se extrañan los amigos, la familia, por lo que tal vez más adelante retornemos. 

—¿Seguís siendo un jugador impulsivo?

—Ya no. El golf y la terapia me hicieron reflexionar, me calmaron, porque era un jugador muy nervioso. Cambié mucho mi personalidad.  

—¿Cómo es vivir en Colombia?

—A los extranjeros nos tratan muy bien. No es  como muestra la prensa, con guerrilla por todos lados y mucha sangre. Existe, sí, pero en zonas alejadas de la ciudad. Es un país muy bello, con clima tropical todo el año.

—¿Los golpeó la tragedia de Chapecoense?

—Sí, fue durísimo. Esa ruta la hacemos cada 15 días. Acá se viaja mucho en avión por la cantidad de montañas. No lo podíamos creer.  

Su convivencia con el Tecla

“Él es un gran profesional. Las veces que me tocó enfrentarlo en la Argentina lo sufrí siempre, pero ahora lo puedo disfrutar. Es el jugador de mayor experiencia del plantel, es un gran compañero y profesional. Constantemente busca el bien del grupo y contagia a todos con su inteligencia y sabiduría. Es un privilegio jugar con él”.