“Ver la Bandera argentina en el podio fue algo inexplicable”

Julieta Santos y Carolina Ponce, jugadoras de Estudiantes, contaron sus sensaciones sobre el histórico tercer puesto obtenido con la selección en el Mundial Juvenil de Beach Handball 

El handball  en nuestro país sigue en pleno crecimiento, y ya no son solo Los Gladiadores o La Garra los que aportan novedades. Esta vez, Argentina hizo historia en el último Mundial Juvenil de Beach Handball, que se realizó en la isla Mauricio, al sur de África, donde el seleccionado femenino (y el masculino, también) logró el tercer puesto, ganando por primera vez una medalla en un campeonato de tal magnitud.

En este sentido, el país volvió a estar bien representado, al igual que en el Torneo Panamericano de febrero, por Julieta Santos y Carolina Ponce, ambas jugadoras de Estudiantes, que semana a semana hacen el esfuerzo, junto a sus familiares, de trasladarse a Capital Federal y entrenar a fin de cumplir sus sueños. Y vaya que lo lograron, porque fueron protagonistas de esta epopeya, que las coronó tras vencer a Portugal. 

Las chicas del Pincha, de 17 años, visitaron la redacción de este medio y contaron sus sensaciones de lo vivido en semejante competencia.

—¿Cómo fue jugar un Mundial?

Carolina Ponce:—Jugarlo a los 17 años, sinceramente, fue una locura.

Julieta Santos:—Era uno de nuestros objetivos. Fuimos con la idea de competir y quedar entre las mejores cuatro del mundo.

—¿Qué significa haber hecho historia?

CP:—Aún no lo creo. Queríamos ganarle a un equipo europeo y después de vencer a Croacia, que fue el primero, nos ilusionamos.

—¿Qué sintieron al recibir la medalla?

CP:—Fue el momento más emotivo. De 16 equipos, terminamos terceras del mundo.

JS:—Al principio no lo podía creer. Me emocioné al ver cada bandera en su mástil. Ver la nuestra en el podio fue algo inexplicable.

—¿Cómo evaluaron el torneo?

JS:—Nos tocó la zona más difícil, porque cuatro de los equipos llegaron a semifinales. Es increíble el ritmo, la altura y la potencia que tienen los europeos, pero la clave fue jugar con la cabeza, ser inteligentes. No se puede armar un fly, sino que cada uno tiene que cumplir con su rol. 

CP:—Yo soy doble, me sentía chiquita, pero supimos jugar. Cada uno tenía que hacer lo suyo.

—¿Cuál fue el partido que más disfrutaron?

CP:—El enfrentamiento con Croacia. No podía creer ganarle a una potencia de Europa.

JS:—Para mí, con Portugal, por el tercer puesto. Era una final. Holanda, en las semis, nos dio un golpe de realidad, pero faltaba la medalla.

—¿Disfrutaron las playas de isla Mauricio?

JS:—Sí, después de cada partido o entrenamiento. Era un paraíso. No podés tener mal humor en ese lugar (risas).

—¿Su ilusión son los Juegos de la Juventud?

CP:—Es difícil, porque tenemos que elegir entre un Mundial indoor o los Juegos Olímpicos de la Juventud en beach handball. Son muy distintos, pero es más divertido el beach.

JS:—No sé qué elegir aún. Es un sueño disputar un Juego Olímpico. Si quedamos para el año que viene, me voy a poder morir tranquila.

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