Verón y el Chapu Braña reeditaron la histórica dupla

Uno se había retirado, pero regresó como presidente y jugador; el otro retornó tras su paso por Quilmes. La zaga del medio volvió a compartir una cancha tras cinco años 

Una tarde, aquella de 2012 que parecía irrepetible y se antojaba eterna (el 19 de mayo de 2012, en el Florencio Sola), Verón y Braña jugaban juntos el último partido oficial con la camiseta albirroja. Y encima lo hacían, como anoche, con Andújar y Desábato, que también estuvieron dentro del campo de juego...

Aquella vez, Estudiantes ganó por 3 a 0 y como si fuera poco, con la camiseta de Banfield enfrente, jugaba Agustín Alayes, casi un testigo privilegiado pese al resultado adverso. Todo en familia.

Anoche, las más de 30.000 personas que vistieron de rojo y blanco el Estadio se dieron el gran gusto de volver a ver al Chapu y a la Bruja, al “22” y al “11”, emblemas de la exitosa última década de Estudiantes a nivel nacional e internacional, corriendo a la par en el mediocampo.

Verón comenzó por delante de Braña y se movió hacia ambas bandas, detrás de los tres volantes fijos, que fueron Tití Rodríguez, Cascini y el colombiano Otero.

Siempre metido, y con la ansiedad propia de lo que se jugaba, la primera gran intervención de la Bruja vino sobre los 13 minutos, habilitando con un tacazo para que Sánchez llegara al fondo con peligro.

Lo de Braña fue pura voluntad: corrió mucho y estuvo siempre atento para barrer en cada cierre, descargando en la juventud de Cascini a su lado.

Con 42 años, la pegada intacta de Verón se vio en un córner, donde metió una gran comba que pudo ser el primero tras un tiro de Toledo.

El 1 a 0 empezó de sus pies, con su sello de siempre: tiro libre “envenenado”, bien esquinado, rebote de Armani, Sánchez al travesaño y Toledo la empujó debajo del arco.

La ovación llegó sobre los 8 del complemento, cuando la Brujita le dejó el lugar al Ruso Ascacíbar y el Estadio se levantó para el aplauso final.

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