Wimbledon sin tecnología: se prohibió el uso de los drones y el palo selfie

Gran Bretaña viene de vivir un fin de semana de horror con los atentados en Túnez, una masacre que sigue ocupando espacio en los medios y que recuperó en parte la sensación de temor que embargó al país tras los ataques suicidas de 2005 en el centro de Londres. Hoy, con el inicio de Wimbledon, quedó claro que los británicos no están dispuestos a que uno de sus mayores símbolos sea objeto del terror.

Así, la seguridad es más fuerte que nunca en el All England Club: desde la anecdótica prohibición de los selfie sticks, hasta una limitación para los drones, que no pueden acercarse a menos de 50 metros de las instalaciones en las que se juega el torneo de tenis más prestigioso del mundo.

"Se teme que el torneo, que atrae a visitantes de alto perfil, así como a la realeza, sea un objetivo primario" para atentados, aseguró hoy el "Daily Mail".

La Policía metropolitana reforzó el despliegue de efectivos en el torneo, con muchos de ellos de incógnito, sin vestir uniforme. "Habrá un control policial acorde con el nivel actual de amenaza", dijo Stuart Macleod, superintendente jefe de la Policía local.

Ese nivel de amenaza al que se refiere Mcleod no es menor: el primer ministro David Cameron dijo que su país se enfrenta a una "severa amenaza terrorista" tras los atentados en Túnez, en los que se cree que podrían haber muerto hasta 30 británicos.