Estados Unidos instala escudo antimisiles y reaviva la tensión

Pese a la oposición de China y Rusia, tropas norteamericanas avanzaron con el armado del sistema de interrupción ante una posible ofensiva norcoreana. Un nuevo frente de conflicto entre Washington y Pionyang

El escudo antimisiles o Sistema de Defensa Terminal de Área a Gran Altitud (THAAD, por sus siglas en inglés) comenzó a ser desplegado por tropas norteamericanas en Corea del Sur, no sin masivas protestas civiles, ya que se oponen al despliegue de este esquema defensivo pensado para interceptar proyectiles norcoreanos. La medida, rechazada de manera contundente por China y Rusia, abre un nuevo frente de conflicto en la convulsionada península coreana, que se suma a la escalada protagonizada por Washington y Pionyang.

Aunque las fuerzas estadounidenses en Corea del Sur no anunciaron ni emitieron ninguna comunicación sobre la operación, un portavoz del Ministerio de Defensa surcoreano confirmó que la instalación empezó cerca de la localidad de Seongju.

El escudo está diseñado para derribar misiles a gran altura, con seis lanzaderas autopropulsadas, cada una con unos 50 interceptores y una unidad de control de lanzamiento.

Varios centenares de ciudadanos de la comarca protestaron a las puertas del recinto y tuvieron que ser contenidos por un dispositivo policial que permitió finalmente la entrada de los camiones.

Pekín, en contra

Muchos de los habitantes de Seongju, región agrícola famosa por el cultivo de melones, manifestaron su preocupación por la posibilidad de que el pueblo se convierta en objetivo de ataques norcoreanos y también por las consecuencias que los potentes radares del THAAD tengan sobre su salud y sus sembrados.

En tanto, además del gobierno ruso, el principal opositor al dispositivo bélico es China, que considera que el despliegue del escudo va a provocar nuevos desequilibrios en la región por la posibilidad de que se pueda hacer inteligencia sobre las comunicaciones chinas.