Francisco almorzó con 100 presos en Milán

El papa Francisco hizo su primera visita como Pontífice a Milán, en un día cargado de actividades en el que superó las expectativas de convocatoria. Allí se movilizaron más de un millón de personas durante las 10 horas de su permanencia que incluyó un almuerzo con 100 presos, entre los cuales una mujer argentina.

"Vengo como sacerdote", dijo Francisco al iniciar una visita que incluyó además un desayuno con una familia musulmana en la periferia, un encuentro con el clero en el Duomo y una misa para más de 1 millón de personas en la vecina Monza antes de terminar con un "cara a cara" con 80.000 jóvenes de entre 12 y 15 años en el estadio San Siro.

"Con ustedes me siento en casa", les dijo horas después a los detenidos de la prisión de San Vittore, donde saludó a un grupo de 150 reclusos y almorzó con otros 100 de los 896 alojados, casi 300 más de las plazas disponibles.

Una mesa de cincuenta metros de largo con un mantel amarillo de papel fue el escenario del amuerzo que el Pontífice compartió con los detenidos, entre ellas la argentina Mónica Méndez, en base a un menú típico milanés e igual para todos: risotto al azafrán, cotoletta con papas y panna cotta.

Francisco se convirtió así en el primer Pontífice de la historia en visitar la cárcel que funciona desde 1879 y en la que un 67% de los presos son extranjeros. Su estadía, de casi tres horas, incluyó además una siesta de treinta minutos en la habitación que utiliza el capellán de la prisión.

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