Histórica condena contra Lula por corrupción y lavado de dinero

Fue sentenciado a nueve años y medio de prisión, acusado de recibir un departamento a cambio de influir en contratos de empresas con Petrobras. El líder del PT solo será detenido si el fallo es confirmado en segunda instancia, lo que también inhabilitaría su eventual candidatura presidencial en 2018

El expresidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, fue condenado ayer a nueve años y medio de prisión bajo el cargo de “corrupción y lavado de dinero”. El fallo fue dictado por el juez Sergio Moro y se convirtió en la sentencia de mayor relevancia en la investigación por la Operación Lava Jato. Esta medida podría inhabilitar la eventual candidatura para 2018 del histórico líder del Partido de los Trabajadores (PT), aunque solo irá a la cárcel si el fallo es confirmado por un tribunal de segunda instancia.

La decisión judicial, de alto impacto político en Brasil, no tiene precedentes. Es la primera vez en la historia de ese país que un exmandatario es condenado a prisión por corrupción. Además, el fallo salió en tiempo récord, ya que el mismo tribunal tardó un promedio de 16 meses para dictaminar en casos similares y la decisión sobre el referente del  PT se conoció en menos de diez.

Lula, de 71 años, fue acusado de ser el beneficiario de un departamento tríplex en el balneario de Guarujá (San Pablo), de aproximadamente 700.000 dólares, ofrecido por la constructora OAS, a cambio de su influencia para obtener contratos en Petrobras.

La sentencia tiene un impacto político inédito, ya que la condena contra el líder del PT llegó quince horas después de aprobada la polémica reforma laboral y en medio de la discusión en la Cámara de Diputados que puede suspender por seis meses del cargo al gobernante actual, Michel Temer, reemplazante de Dilma Rousseff.

Una segunda instancia decisiva

La sentencia de Moro, que también condena a Lula a no ocupar cargos públicos por 18 años, estará en suspenso hasta que se expida el tribunal 4 de Porto Alegre. En caso de confirmarse, el expresidente podría ser inhabilitado para participar de las elecciones 2018 (si el fallo es anterior al registro de su eventual candidatura, para las cuales es favorito) y podría ser detenido.

Según los investigadores del Lava Jato, Lula fue el jefe de un esquema de corrupción que funcionaba en Petrobras, que, junto a OAS, habría desviado cerca de 30 millones de dólares de la petrolera.

En su fallo, el juez afirma que podría “decretar la prisión preventiva” para prevenir la “destrucción de pruebas”, pero luego aclara que como “la prisión cautelar de un expresidente de la República no deja de implicar ciertos traumas, la prudencia recomienda que se aguarde el juzgamiento de la Corte de Apelación antes de que se produzcan las consecuencias propias de la condena. Así, el exmandatario podrá presentar su apelación en libertad”.

Los procesos penales que acumula el líder del PT

Instituto Lula: 

Está acusado de recibir 12 millones de reales por parte de Petrobras para comprar un terreno donde sería construido un inmueble destinado al Instituto Lula. La transferencia finalmente se frustró, pero, según la Fiscalía, prueba que el PT tenía “una cuenta corriente informal de la corrupción” con Odebrecht, la empresa que compró el terreno.

Obstrucción de la Justicia: 

Habría presionado para buscar el silencio de Néstor Cerveró, exdirector de Petrobras, quien se aprestaba a firmar un acuerdo y dar detalles del funcionamiento del esquema de sobornos en el Estado.

Tráfico de influencias: 

Implicado en el proceso que involucra el “tráfico de influencias” para liberar préstamos del Banco Nacional de Desenvolvimiento del Brasil.

Operación Zelotes: 

El Ministerio Federal argumenta que el hijo de Lula, Luis Claudio, recibió 2,5 millones de reales a cambio de la influencia de Lula en dos hechos ocurridos durante la presidencia de Dilma Rousseff: la compra de aviones de combate Gripen, de la empresa sueca Saab, y la prórroga hasta 2020 de incentivos fiscales para automotores.

Dilma Rousseff: “El fallo de Moro es un escarnio sin pruebas”

Una de las primeras voces que se refirió al proceso condenatorio contra Luiz Inácio Lula da Silva fue la de la exmandataria destituida, Dilma Rousseff, quien rechazó la condena de nueve años y medio de cárcel contra su antecesor. Aseguró que su mentor político en el Partido de los Trabajadores “es inocente” y que la condena “sin pruebas” contra Lula “es un escarnio”.

La expresidenta destituida en su cargo, en el que asumió su compañero de fórmula, Michel Temer, escribió un comunicado que publicó en su web.

“Es una injusticia flagrante y un absurdo jurídico que avergüenza a Brasil. Lula es inocente y esa condena hiere profundamente a la democracia”, agregó Rousseff.

“Lula, el presidente más popular de la república en la historia del país y uno de los más importantes estadistas del mundo en el siglo XXI, viene sufriendo una persecución sin cuartel”, aseguró.