Se retomó la huelga policial en Brasil y hubo otros tres muertos

Tres personas fueron asesinadas la madrugada del domingo en el área metropolitana de Salvador, la capital del estado brasileño Bahía, donde la Policía Militar (PM) estatal permanecía acuartelada en rechazo al arresto de su líder sindical tras la huelga de dos días que concluyó el jueves. 

Según miembros del Gobierno lo ocurrido en Bahía no fue un simple paro sindical, sino un "leader case" (caso testigo) de lo que podría representar una rebelión policial en cadena en varios estados, amenazando la seguridad de los 3,6 millones de turistas y autoridades extranjeras que viajarán a las ciudades donde se realizará la Copa del Mundo.

Luego de haber levantado el paro el viernes por considerar que el gobierno bahiano satisfizo sus demandas, parte de la policía se acuarteló desde el sábado exigiendo la liberación de Marco Prisco, titular de la Asociación de Policías, Bomberos y sus Familiares de Bahía (Aspra), la organización sindical.

"Insto a toda la tropa a que suspenda las actividades inmediatamente hasta que el gobierno proceda a la liberación de Prisco", dijo el capitán Tadeu Fernandes, quien asumió la jefatura de la Aspra en reemplazo de su máximo dirigente preso.

El Ministerio Público Federal acusó a Prisco de cometer delitos contra la seguridad nacional, como la presunta organización de atentados, durante un paro policial de 12 días en 2012 cuando hubo 150 asesinatos y decenas de saqueos.

La Policía Federal detuvo a Prisco el viernes pasado en un "resort" de una playa bahiana, desde donde fue trasladado a una cárcel de Brasilia.

Mundial blindado.

 Rousseff tiene como prioridad que el Mundial transcurra en calma para lo cual diseñó, junto con los Ministerios de Defensa y Justicia, un plan de seguridad con el concurso de unos 170.000 efectivos policiales y militares, el cual se vería afectado si se desatan huelgas.

Posiblemente fue por ello que poco después de iniciada la medida de fuerza en Bahía, el martes, la jefa de Estado firmó el decreto autorizando el envío de unos 5.000 efectivos de tropas federales a ese estado del nordeste, segundo destino turístico brasileño y sede de seis partidos mundialistas.

En 2012, durante otro paro policial bahiano, Rousseff se tomó algunos días hasta ordenar el desembarco de tropas militares, actitud muy distinta a la adoptada ahora.

Esta forma de actuar más enérgica en Bahía se había observado hace dos semana en Río de Janeiro, cuando la presidenta resolvió enviar unos 1.500 efectivos al Conjunto de Favelas de la Maré, para contrarrestar los ataques del narcotráfico. Los militares permanecerán en esas favelas de la zona norte carioca hasta el 31 de julio, o sea 18 días después de la final del Mundial, el 13 de julio en el estadio Maracaná.

El ministro de Justicia, José Eduardo Cardozo, enviado a Bahía para resolver la crisis, dijo que el paro de esta semana fue "político", similar calificativo que utilizó para calificar una huelga de la policía de Brasilia.