Trump y Macron se juraron amistad eterna entre ambos países

El presidente francés, Emmanuel Macron, afirmó hoy, en presencia de su par estadounidense, Donald Trump, que nada separará "jamás" a los dos países, que mantienen una amistad histórica.

Macron, que pronunció un breve discurso al término del desfile militar del aniversario de la Revolución Francesa, dijo que "la presencia hoy a mi lado del presidente de Estados Unidos, el señor Donald Trump, y su esposa, es el signo de una amistad que perdura en el tiempo".

El desfile militar, desarrollado como es tradicional en la avenida de los Campos Elíseos, estuvo enmarcado en un mega operativo de seguridad, que incluyó a 11.000 policías y 3.500 gendarmes.

En esta oportunidad, el desfile tuvo particular significación, porque este año se cumple un siglo desde la entrada de Estados Unidos en la Primera Guerra Mundial como aliados de la "Entente cordiale", alianza encabezada por Gran Bretaña y Francia, contra la centrada en Alemania.

Estados Unidos es uno de los "amigos" que en el pasado "acudieron en nuestra ayuda", recordó Macron. Por eso, aseguró, "nada nos separará jamás", informaron las agencias de noticias DPA y EFE.

El centenario fue la razón de su invitación a Trump a la tradicional parada militar del 14 de julio en París, en la que por eso mismo hubo tropas estadounidenses. El jefe del Estado francés le agradeció a su homólogo y a su país "la decisión tomada hace 100 años".

Alrededor de 126.000 soldados estadounidenses perdieron la vida en la primera contienda mundial y otros 234.000 resultaron heridos.

Como es habitual en esta fecha, Macron rindió homenaje a las fuerzas armadas por su papel de protección. "Nos permiten vivir -destacó- con las reglas que nos hemos dado".

El día de la Fiesta Nacional "celebramos a Francia, lo que nos une, celebramos este gusto absoluto por la independencia que se llama libertad", pero también "la igualdad" y "la fraternidad", agregó el presidente francés, recordando las a veces ajadas banderas de la Revolución de 1789.

Se dirigió igualmente a las víctimas del terrorismo y a sus hijos, para decirles: "Francia os debe su apoyo constante y duradero".

Este discurso fue el último acto en presencia de Trump -que desde su llegada ayer a París estaba acompañado por su esposa, Melania-, al que Macron despidió efusivamente y que a continuación tomó el camino del aeropuerto para volver a su país.

Macron y Trump mostraron ayer una imagen de sintonía en la primera jornada del mandatario norteamericano en París, en la que frente a sus diferencias apostaron por un trabajo conjunto en los grandes desafíos a nivel internacional.

En medio de imponentes medidas de seguridad y tras una ceremonia de recepción con honores militares en Los Inválidos y de una reunión bilateral en el Palacio del Elíseo, sede de la Presidencia francesa, ambos mandatarios expresaron en una conferencia de prensa conjunta su voluntad de que sus divergencias en temas como el medioambiental no frenen su necesaria cooperación.

"Los desacuerdos no se pueden comparar con lo que nos une", lanzó un sonriente Trump, quien subrayó que la relación entre ambos, marcada públicamente por un tenso apretón de manos en su primer encuentro bilateral el pasado mayo en Bruselas, es "muy buena".

La lucha contra el extremismo, la seguridad, el comercio o la necesidad de alcanzar una estabilidad en Medio Oriente, en especial en la convulsionada Siria, protagonizaron su reunión en el Elíseo, que fue seguida por una "cena de amigos" en el restaurante Jules Verne en el segundo piso de la Torre Eiffel.

El Acuerdo de París, del que Trump retiró a Estados Unidos el mes pasado, acaparó parte del protagonismo, e inclusive el mandatario estadounidense dejó entrever un posible cambio de rumbo.

"Hay que dejar que Estados Unidos trabaje en su hoja de ruta y seguir hablando", afirmó Macron, mientras que de su lado, Trump señaló que "algo podría ocurrir" sobre la postura estadounidense.

El principal punto de coincidencia fue al hablar del combate contra el extremismo y en concreto la intención de construir una solución política para Siria duradera e incluyente.

Esa meta hizo afirmar a Macron que Francia dejó de hacer de la salida del presidente sirio, Bashar al Assad, una condición "sine qua non" para negociar una solución al conflicto en ese país, pues, subrayó, solicitar su retirada en estos últimos años no fue eficaz.

Macron anunció que París y Washington mantendrán el trabajo común para llevar a cabo iniciativas diplomáticas que permitan trazar una hoja de ruta para después de la guerra, como el lanzamiento de un grupo de contacto, con representantes de Al Assad "pero también de otras sensibilidades".

Con esta recepción oficial, Macron tendió la mano a Trump tal como a finales de mayo lo había hecho con el presidente ruso, Vladimir Putin, con la intención de reforzar su imagen de interlocutor de Europa ante otros grandes líderes.

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