Adabel Guerrero: “Tomo con pinzas los halagos y las opiniones”

En la actualidad, la platense forma parte de Bien argentino, un éxito teatral de Carlos Paz. Además, fundó su propia escuela de danzas. Este año le gustaría participar en el Bailando por un sueño

Cuando tenía 8 años, Adabel Guerrero comenzó a tomar clases en una es­cuela de danzas. Mientras se instruía, la platense se incorporó al ballet de Iñaki Urlezaga. Así fue que se unió al staff permanente y  comenzó a realizar giras por todo el país. Con un extenso camino recorrido, la bailarina incursionó en la danza jazz, la comedia musical y en obras teatrales de revista.

En la actualidad, se abocó a realizar algunas perfomances de folclore y tango para la obra en la que se encuentra trabajando, Bien argentino, una puesta en escena realizada en Villa Carlos Paz y cuyo elenco se termina de integrar con Lourdes Sánchez, Marcelo Iripino y Fernando Bertona, entre otros. La misma está dirigida por Ángel Cabral y es producida por referentes de ShowMatch, como lo son Federico Hoppe y Chato Prada.

A través de una entrevista exclusiva con este medio, la esbelta vedette se refirió a su incursión en el arte, sus proyectos a futuro y la relación con el público.

—En tu carrera transitaste la pantalla chica y el teatro, ¿cuál preferís?

—Cada cosa es distinta, tienen sus ventajas y desventajas. Cuando hacés teatro, lo lindo es que el público está al lado tuyo, lo palpás, recibís el aplauso inmediato, el contacto con la gente. En cambio, la televisión no te permite el cara a cara, la devolución en el momento, y posee lo que la otra práctica no: la gran popularidad. Además, llega en el mismo momento a todo el país. Son dos lenguajes diferentes. Me gusta mucho hacer teatro.

—¿Cuáles son tus proyectos para este año?

—Hasta el momento, supuestamente, Bien argentino continuará durante el año. Lo que no se sabe es si estaremos con una gira nacional o si desembarcaremos directamente en la calle Corrientes. El año que viene también seguiremos con la obra, haciendo la temporada 2018 en Córdoba. Además, quiero ponerle mucha garra a mi escuela de danzas, llamada Adabel Guerrero,  que fundé el año pasado y está ubicada en Caballito.

—¿Te gustaría estar en el Bailando 2017?

—Sí. Quisiera que me acompañe Fernando Bertona, con quien ahora bailamos tango en la obra. Nos llevamos bárbaro y somos amigos. Más allá de lo profesional, la buena relación que tenemos es lo más importante. 

—¿Qué relación supiste construir con el público?, ¿cómo te llevás con las redes sociales?

—Me llevo bien. Sin embargo,  aprendí en este tiempo a no guiarme por la respuesta del público, porque es todo tan personal. Te pueden aplaudir más o menos, y eso no significa que les gustó. A veces te dicen cosas lindas o todo lo contrario. Tomo con pinzas los halagos y las opiniones. Me alimentan el alma. 

En cuanto a los comentarios negativos, dejo que fluyan. Por lo general, tengo buena devolución de la gente, sobre todo de las mujeres. Respecto a las redes sociales, al principio sufría muchísimo. Hay mucha violencia. A través del anonimato, las personas se descargan contra otras. Me conocen porque soy mediática, pero en totalidad no comparten mi cotidiano, no son amigos. Entonces, no entiendo cómo se puede ser tan violento en el universo digital. No hablo solo por mí, sino por todos, también por lo que leo a diario. Eso me lleva a plantearme qué es lo que está pasando con la sociedad. Supongo que es como todo lo nuevo, la gente se descontrola y luego se le pasa. Aprendí a borrar los comentarios negativos, que no tengo muchos, pero los saco. Los años me enseñaron que uno no puede agradarle a todos. 

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