Airbag: “Habría sido fácil repetir la fórmula y quedarnos en un lugar de éxito”

Mano a mano con este medio, el cantante Patricio Sardelli se refirió al crecimiento de la banda en la última década y habló sobre la presentación que este sábado realizarán en La Plata

En el año 2006, un grupo de tres hermanos muy jóvenes empezaba a sonar en las radios gracias a su canción La partida de la gitana. Poco más de diez años después, la banda sigue firme y no deja de sorprender con la versatilidad que muestra: desde las variaciones en las composiciones, hasta el desafío de tocar con una orquesta sinfónica.

Hoy, la formación que encabeza Patricio Sardelli  junto a sus hermanos Guido y Gastón puede decir con orgullo que cumplió el sueño de tocar junto a Guns N’ Roses, o que accedieron al deseo de su padre y reversionaron una canción de Joan Manuel Serrat. Siempre con los pies en la tierra, Patricio asegura que “naturalmente uno va investigando y va haciendo cosas diferentes para mantenerse con el espíritu contento”.

Este sábado, la banda se presentará en el escenario de calle 58 entre 10 y 11. En diálogo con diario Hoy, Sardelli se refirió al show, así como también a los distintos procesos que fue atravesando la formación durante todo este tiempo.

—Empezaron de chicos, ¿cómo manejaron la exposición pública?

—Fue difícil porque no estábamos acostumbrados a la exposición, estar de gira, salir en la televisión ni hacernos fotografías, porque uno no nace preparado para eso. La verdad es que lo vas aprendiendo en el camino y lo vas llevando. Todo eso te delata con respecto a si sos un salame o en si tenés los patos acomodados. Si alguien cree que porque le piden una foto es más que otro, está muy equivocado. Todo esto se aprende en la calle, con los amigos de siempre, en el barrio y todas esas cosas que no hay que perder. 

—¿Por qué varían tanto de un trabajo a otro?

—Lo veo como algo natural, no como algo forzado ni que está preparado. El primer disco fue hecho con las canciones que teníamos en ese momento, lo mismo sucedió con el segundo y el tercero. Cada álbum que se hace es una fotografía de ese momento y por eso uno también tiene la necesidad de sacar otro, porque cambiaste y tenés ganas de tocar otras cosas. Habría sido fácil repetir la fórmula y quedarnos en un lugar de éxito, pero la verdad es que es muy aburrido hacer algo así.

—¿Cuál fue el regalo más grande que les dio la música en tantos años de trayectoria?

—Jamás pensé que íbamos a terminar tocando en River con Guns N’ Roses. Se separaron en 1993, dieron un último concierto y nosotros estuvimos con ellos en el mismo lugar donde se separaron, disfrutando de dos noches increíbles. Esta situación era impensada porque ya era insólito que se volvieran a juntar, y después sucedió. Es algo épico. Igual van sucediendo cosas todo el tiempo, desde que venga Ricardo Mollo a grabar el disco hasta tocar con la Sinfónica de Buenos Aires y hacer un tema de Beethoven. Para mí, todo esto no tiene precio.

—Una banda de reguetón reversionó un tema de ustedes…

—Siempre sucedió que bandas de música tropical reversionen canciones. Ya pasó con una formación de música santafesina que sonaba bien. Esto no me molesta ni me halaga. Sí habla de que, de alguna manera, la canción trascendió y se volvió popular. Es más, hace unos días, en el casamiento de un amigo, en un momento sonó una de las versiones y salieron todos a bailar. Reitero: no escucho esa música. Conozco a alguno de los pibes que la hacen y son macanudos, si les va bien con esa movida, mucho mejor.

—¿Con qué música crecieron en su casa?

—Mucho tango, era lo que escuchaba la abuela y en las reuniones familiares había músicos de ese género. Mi papá escuchaba a Camilo Sesto, que es un gran cantante, y Joan Manuel Serrat. Si bien no me gustan, crecimos con esas melodías. Mi viejo quiere que hagamos un cover de Serrat y alguna vez accedimos en algún recital para homenajearlo, porque estaba ahí. 

—¿Cómo se preparan para la fecha de La Plata?

—Será en el marco de la gira nacional que estamos haciendo. Estuvimos tocando con la Sinfónica de Buenos Aires, y fue un show completamente diferente. También estuvimos de gira en el sur y paramos unos meses para preparar este concierto. Teníamos muchas ganas de volver a los escenarios con nuestro formato original, y es por ello que salimos en la búsqueda de estos lugares en Buenos Aires, Rosario y La Plata. 

—¿Qué recuerdos tienen de los conciertos que han dado en La Plata?

—Es increíble, porque hay muchísima gente de La Plata que viaja a los conciertos que hacemos por otros lados. Hace cuatro años que no vamos a la ciudad y consideramos que ya era hora de volver. La verdad que estamos muy entusiasmados, porque nos dijeron que el lugar está muy bueno y que se genera un gran ambiente. 

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