Alejo García Pintos: “Pienso en mi papá y le pido que me ilumine en la función”

El intérprete platense posee más de 30 años de trayectoria en cine, teatro y televisión. En la actualidad forma parte de Historias de diván, la obra teatral de Gabriel Rolón

Nacido en la ciudad de las diagonales, Alejo García Pintos  se caracteriza por su talento y el estricto perfil bajo que ha mantenido a lo largo de su recorrido artístico. 

En 1986 debutó a lo grande, interpretando a Pablo Díaz, en La noche de los lápices, la obra cinematográfica de Héctor Olivera. Esta actuación le valió innumerables reconocimientos. Tiempo después, participó en una comedia teatral junto con los célebres artistas Aída y Jorge Luz. Luego incursionó en la pantalla chica en éxitos como La banda del Golden Rocket, Gasoleros, Valientes y La dueña, entre otros. Además, integró el elenco de algunas producciones de Cris Morena, destinadas a niños y adolescentes. Por estas participaciones se ganó el cariño notable del público más joven. 

En una entrevista íntima con este medio, el actor se expresó sobre el camino recorrido y las relaciones construidas. También habló de los preparativos al elaborar un personaje y su actualidad laboral. 

—Desde muy chico trabajás en la actuación, ¿cómo fue crecer en el medio?

—Me inicié a los 15 años por intermedio de un compañero de la escuela, José Luis Gratti, que ya estudiaba en el teatro La Lechuza. Me aconsejó que fuera, porque estaba buenísimo. Así fue: ese día, el primero, supe qué era lo que quería hacer por el resto de mi vida. 

En este medio crecés en experiencia, a través del aprendizaje del oficio. Con los años vas trabajando con distintos textos, colegas y directores, entre otros. Eso es crecer. Lo demás es acumular, por ejemplo, fama, dinero o prestigio.

—Hiciste teatro, televisión y cine, ¿cuál de estas experiencias preferís?

—El teatro, sin dudas. Para eso me formé tantos años y es donde más he trabajado. La televisión me encanta también. Si es una novela, podés ir haciendo crecer al personaje, muchas veces aportando cosas que algunos autores captan y  generosamente lo usan para seguir escribiendo la linea argumental con respecto a tu rol.

—¿Qué relación lograste costruir con tus colegas? ¿Quiénes son tus referentes? ¿Hiciste amigos?

—He trabajado un montón y con muchos colegas. Con casi todos los que admiro desde chico y los que son de mi generación. Con algunos hemos entablado una relación más estrecha por empatía o cuestiones de la vida, pero en general de la mayoría tengo grandes recuerdos. 

Poseo muchos referentes: Jorge y Aída Luz, Alfredo Alcón, Héctor Alterio, Claudia Lapacó, Carlos Carella. Podría nombrar muchos más, pero sin dudas mis mayores referentes son mis primeros maestros: Juan Carlos De Barry y Lidia Pérez Losavio del teatro La Lechuza. Fueron ellos los que me enseñaron el oficio.

—¿Cómo te llevás con la notoriedad pública?

—La notoriedad es algo relativo. Si hacés televisión, en ese momento vas a un shopping y te para todo el mundo para una foto o una firma. Cuando dejás de estar por un tiempo en los medios, pasás más desapercibido y la vida es más como la del resto de la gente.

—¿Qué herramientas son imprescindibles a la hora de elaborar un personaje?

—Las de la formación actoral, la expresión corporal y la voz. Además de contar con un grupo dispuesto a trabajar con respeto. También es necesario poder equivocarse y volver a intentar.    

—¿Tenés cábalas?, ¿cuáles podés revelar?

—No, a veces pienso en mi papá, que ya no está, siempre con la camiseta de Gimnasia y, en silencio, le pido que me ilumine en la función.

—¿Qué te deparará este año en lo laboral? ¿Tenés proyectos pendientes?

—Este año arranca para mi el 3 y 4 de marzo en Córdoba con la tercera temporada de Historias de diván junto con Gabriel Rolón, Malena Rolón y Carlos Nieto, que además es el director. En abril volvemos a Buenos Aires para hacer unas semanas en el mítico Teatro del Picadero y luego hasta fin de año seguimos con la gira nacional para despedirnos definitivamente en diciembre.

Posiblemente hagamos otras obras con la productora Unplan, la misma de Historias de diván. La idea es seguir trabajando ya que hicimos un grupo muy bueno y queremos continuar haciendo cosas juntos.

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