Antonio Ríos: “Jugaba en El Porvenir y no me dejaron pasar a Racing porque era muy bueno”

El cantante tropical recordó sus inicios en la música y su carrera futbolística. Además, reveló la fuente de inspiración de su letra más famosa

Antonio Ríos nació en La Escondida, a 60 kilómetros de Resistencia, Chaco. Luego, vivió en Villa Fiorito. Fue parte de los grupos Green, Sombras, y Malagata, hasta que en el año 1994 emprendió su camino solista. Hoy, sin lugar a dudas, es uno de los más grandes intérpretes de la música tropical argentina. En una entrevista íntima con diario Hoy, uno de los más reconocidos representantes del género se confesó.

—¿Cómo comenzaste tu carrera musical?

—Empecé de muy chico, gracias a mis viejos, que eran músicos. Ellos tocaban chamamé, cumbia y folclore. En mi hogar, todos los domingos se organizaban reuniones de amigos y ahí los escuchaba cantar. En ese momento, tenía 10 años y fue cuando me enganché con la música. Con el tiempo, me casé y abandoné ese arte porque mi esposa de entonces no me dejaba cantar. El matrimonio duró cinco años. Durante ese tiempo fui verdulero y trabajé en una curtiembre. Luego, unos amigos me invitaron a cantar y a grabar algunas melodías. Entonces me entusiasmé y largué todo.

—¿Cuál es la historia detrás de Nunca me faltes?, ¿qué mujer inspiró la letra de ese éxito? 

—La inspiró mi primera bailarina. Quería salir con ella, pero se negaba porque le llevo 20 años. ¡Me decía que podía ser su papá! Entre muchas charlas, un día le dije que le iba a hacer una canción para que quedara de recuerdo y tardé 15 minutos en escribirla. Ojo, porque hay temas que los hacés enseguida, mientras que con otros tardás un año y no los terminás. Al final, la canción fue un golazo y salimos cuatro años. Después, por sus celos, tuvimos que separarnos y ahora no tenemos ningún contacto. Sé que hoy es profesora de spinning  y zumba.

—¿Es cierto que estuviste casado con diez mujeres?

—No, solo me casé una vez, pero estuve varias  veces en pareja. Tengo 19 hijos: 11 mujeres y 8 varones.

—¿Cómo hacés para sostener económicamente a esa gran familia?, ¿sos un padre presente?

—Mis hijos ya están todos grandes, pero los ayudo y los veo siempre, aunque no estoy tan presente como me gustaría, por las giras. Todos trabajan. Uno de ellos es cantante y otro es integrante de mi banda. Gracias a Dios me fue muy bien. Pude comprarme mi casa y mi auto. Lo más importante es que cada uno de mis hijos tiene el techo propio. 

—¿Por qué te dicen “El maestro”?

—Primero armé el grupo Sombras, que fue muy exitoso, y después Malagata, que tuvo el mismo resultado. Cuando decidí empezar una carrera solista, mi productor me dijo que había que buscar un seudónimo. Me preguntó cómo me decía la gente en la calle y le dije que me saludaban diciéndome “maestro”. Ahí él decidió que ese sería mi apodo.

—¿Qué opinás de las nuevas bandas?

—Me gusta lo que hace El Polaco, es un buen pibe, facherito, y canta cosas lindas. Está desde hace un buen tiempo y eso indica que se maneja bien. 

—¿Seguís prestándole atención a la imagen?

—Creo que la imagen es muy importante para el público. Nunca imaginé ir a un show mal vestido o desprolijo. En la calle siempre ando sencillo, pero en mis espectáculos trato de estar impecable.

—¿Las chicas se te tiran encima durante tus shows?

—Sí, pero sucede porque uno es bueno. Siempre charlo con las chicas, me saco fotos con todo el mundo. Me llevo muy bien con el público, porque si no fuera por ellos yo no existiría.

—¿Es cierto que jugaste en El Porvernir?

—Sí, es verdad. Jugaba de 11 y fui el goleador del equipo. En ese momento, era muy joven, tenía 17 años y había firmado un contrato hasta los 20. Cuando llegó una propuesta de Racing, las autoridades de El Porvenir me dijeron que ellos se ocuparían y no me dejaron ir. Como había tantos chicos en el equipo, dejé de jugar y me dediqué de lleno a cantar. No me dejaron jugar en Racing porque era muy bueno. Quiero recordar que soy del más grande, hincha de River Plate.

—¿Qué opinás de La Plata?

—Es una ciudad hermosa. Las veces que fui allá me atendieron muy bien y la gente es bárbara. 

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