Con la opresión femenina como eje, el Teatro Argentino inaugura su ciclo de óperas

El próximo fin de semana iniciará el calendario de este género musical con la obra Lucía Di Lammermoor. La responsable de su puesta en escena, Rita Cosentino, afirmó que el público “verá una joya”

Si algo caracteriza al Teatro Argentino son los espectáculos que aspiran a rescatar piezas culturales de alto vuelo, ponerlas en escena e intentar atraer la mayor variedad de público posible. En este marco, el fin de semana comenzará el calendario de los espectáculos líricos anuales en la Sala Alberto Ginastera, con la presentación de la ópera Lucía Di Lammermoor, un clásico realizado por los talleres del teatro platense basado en una novela del escritor escocés Walter Scott.

La función inaugural será este viernes a las 20, con la dirección musical de Silvio Viegas y la puesta en escena de Rita Cosentino. En diálogo con este medio, Cosentino habló de la obra a su cargo, que repetirá presentaciones los días 4, 9 y 11 de junio.

—¿Cuánto tiempo llevaron los preparativos en general? 

—Los ensayos se iniciaron en la primera semana de mayo, a partir de ese momento se fue montando la obra. Además, se venían construyendo y realizando los vestuarios. Lleva bastante tiempo porque es una ópera grande y hay mucha gente arriba del escenario.  

—¿El vestuario, la escenografía y todos los detalles de la obra fueron realizados en el Argentino? 

—Sí, todo fue elaborado aquí. Pudimos contar con todos los talleres, donde hay unos realizadores extraordinarios. Debo decir que poner esta obra fue un gran esfuerzo por parte del teatro, porque se trata de una ópera fuerte, con una orquesta inmensa.

—¿Qué temáticas contemporáneas incluye? 

—Esta ópera, como todos los buenos clásicos, tiene temáticas dentro de sus contenidos que son actuales. En este caso, es justamente el tratamiento y el lugar que se le da al género femenino, un lugar sin muchas expectativas, con muy poco poder de decisión, en el que la mujer se encuentra amordazada emocionalmente y sin poder desarrollarse como persona.  

—¿A qué herramientas apelaste para poner este clásico sobre las tablas? 

—Esta es una ópera del Bel canto, es decir, en pleno romanticismo. Un poco la idea fue sacarla de la época en la que el compositor la ubica, que es en el siglo XVI, y traerla hacia el siglo XIX. Con lo cual prácticamente se acerca al año de estreno, que fue en 1835, en pleno período victoriano. A partir de ahí, todas estas temáticas que afronta la obra circulan aún en esta época. La herramienta de la que nos servimos junto a mi equipo fue entrar en el imaginario que propone ese mundo, donde todavía están en juego esas temáticas referentes a la represión hacia la mujer; también una realidad en paralelo, que es la fuerte creencia en lo sobrenatural. Le dimos a estos tópicos un perfil que nos permitiera contar este relato.  

—¿Por qué recomendarías al público que vaya a ver Lucia di Lammermoor? 

—Primero, porque es una obra de repertorio, es muy conocida. En todas las programaciones de ópera del mundo generalmente se incluye algo de Mozart, por ejemplo. Aquí, el Bel canto es algo nodal dentro de la historia de la ópera, por eso es importante que el público venga a verla, no se va a encontrar con nada extraño, al contrario, verán una joya. La música es verdaderamente bellísima, los cantantes son extraordinarios. Que el teatro haya podido reunir este elenco con el que contamos es realmente un lujo, por lo cual considero que es una buena apuesta para que la gente lo pueda disfrutar.  

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