Dolor por la muerte de Horacio “Pueblo” Guarany

A los 91 años, el folclorista e ícono popular falleció al descompensarse en su casa de campo en Luján. El músico tuvo una extensa y exitosa carrera, en la que obtuvo diez discos de platino y quince de oro  

El año 2017 comenzó con una pérdida que costará asimilar por parte del ambiente artístico argentino. Ayer por la mañana en Plumas Verdes, su casa de campo de Luján, Horacio Guarany falleció a los 91 años “tranquilo, en paz y junto a su gente”, según informó su mánager, Rubén López.

“Yo no voy a morir nunca porque solo mueren los que no han vivido. Me cag... en la muerte. Para mí es lo más hermoso que tiene la vida. Si ella no existiera, la vida sería una pelot...”, había dicho en una entrevista de 2004 el trovador que nació en Las Garzas, provincia de Santa Fe, un 15 de mayo de 1925, bajo el nombre de Eraclio Catalín Rodríguez. 

“Pueblo”, como se lo conocía por su manera de leer la realidad y empatizar con la gente humilde, sufrió del corazón durante sus años finales, y su última presentación masiva fue en el Festival de Jesús María, en enero de 2015. Allí, en la provincia de Córdoba, fue donde comenzó a erigirse el mito, desde su actuación en el año 1961 en el Festival de Cosquín. En esa década, su poética y su ideología comunista prendieron una llama con himnos libertarios que contaban las penurias que los más humildes tenían que vivir. Así, cada vez que El Cantor se presentaba en la Plaza Próspero Molina, un halo de misticismo se apoderaba del ambiente y la voz de Guarany resonaba dentro de cada persona, con canciones como De puro cantor nomás, Los vinos de mi tierra, Río San Javier, Canción del adiós, La vi bajar por el río, Si se calla el cantor, Coplera del prisionero o Milonga de la riqueza. 

Sus ideas políticas le valieron la persecución de la Triple A, ya que su canción Luche y luche fue una de las causas por las que José López Rega ordenó ponerle una bomba en la puerta de su casa, a raíz de lo cual tuvo que exiliarse. Además, durante la dictadura prohibieron sus temas que, no obstante, circulaban en la clandestinidad.

Su amor por el vino y la vida, sus ocurrencias y el nunca negarle su amistad a nadie, a pesar de las diferencias políticas, son parte de un legado invaluable. 

El adiós de los famosos al Cantor

El primero que compartió la noticia de la muerte fue su mánager, Rubén López, quien a través de su cuenta de Twitter escribió: “Con profundo dolor tengo que confirmar que nuestro maestro ha partido a otros festivales celestiales. Gracias Guara (sic) por todo”. 

Nacha Guevara, a través de su perfil de Facebook, recordó los días en los que ambos estuvieron exiliados por persecución política al escribir: “Se fue el compañero de exilio más solidario, generoso y coherente. Gracias por tu ejemplo en esos días difíciles”. 

Matías Martin, a quien Guarany quería mucho y con quien mantenía épicas conversaciones en Basta de todo, su programa de radio, lo recordó en su cuenta de Twitter: “Tristeza por la muerte de Horacio Guarany, un grande de la cultura argentina. Aprendí mucho de él. Y aprendí a quererlo. Siempre en mi corazón”. 

Soledad Pastorutti lo despidió en varios tuits: “Cantor querido: volverás en mis vinos, calmarás los dolores con palabras certeras, llenarás de alegría los corazones de tu pueblo, que no te olvidará jamás. Gracias por ser uno de nosotros. Gracias toda la vida. Saludos a tu familia. La tristeza es de todos, los abrazo con cariño y respeto”. Su colega Abel Pintos se centró en el legado que el artista dejó: “Toda la gloria a su memoria, toda la que nos dio con su música”.

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