El alma mapuche en la voz

Ella es Anahí Rayen Mariluan, una compositora mapuche que vive en Bariloche y viene a presentar su segundo disco que en su lengua mapuzungun significa "No estamos solas". 
El próximo martes se estará presentando a las 21 horas en Capital Federal en La Paila ( Costa Rica 4898)

Me gusta la idea del quitanieves cultural. En medio del montón, un milagro de fuego ancestral: Anahí Rayen Mariluan me llegó como un pájaro andino que viene a entibiar almas en idioma mapuche, con palabras que no sabemos pero cuya sonoridad mística teletransporta a un sol de cordillera con espíritus o newweles.  

Su canto es dulce y nos llevan a las raíces originarias de esta sangre latinoamericana que hermanó desde las montañas. “ No es música tradicional, es música”, dice ella categórica en castellano aunque sus letras son en mapuzungun:el idioma originario de los mapuches y aclara que la elección es por una militancia de la resistencia dado a que sus descendientes sufrieron un genocidio y por revanchas de los tiempos no hay que enmudecer la lengua sino todo lo contrario, hacerla decir. 

Anahí busca el útero en la música: la madre tierra abriendo el camino y también las venas porque su sonido abre, es un viaje de sentidos que tampoco se reduce a una etnia sino que se abraza con la humanidad misma. 

¿ Cómo te definirías musicalmente? 

Soy una compositora mapuche que nací en Neuquén como casi el 90% de ésta comunidad originaria que como consecuencia de la desterritorialización que constituyeron los países quedamos relegados a un modo de vida distinto. 

La música es una herencia familiar y ancestral, te diría que como una continuidad de ello me formé en universidades y en los caminos laterales que uno busca cuando existe la inquietud artística. 

¿ Por qué componentes está atravesada tu música?

 En la música que hago convergen la complejidad y la simpleza en simultaneo y se suma la palabra en mapuzungum (el habla de la tierra) como un tramado fortalecido al que he llegado por las vivencias. Simplemente por las vivencias.

En 2013 tuve la suerte de ser mamá y allí se han despertado otras memorias, la que llama a la continuidad. ¿Qué hacer para romper los silencios a los que mi pueblo se ha visto obligado? fue una pregunta, pero como la respuesta no es individual, yo solo escuché mi corazón que me pide diariamente cantar a mi hijo. Ir juntando por el camino esas palabras robadas y volver a armar de a poco el rompecabezas.

En 2015 Anahí editó por medio del Club del disco su segundo trabajo discográfico al que tituló “Kisulelaiñ (No estamos solas) y son un puñado de canciones que compuso durante su embarazo. “ Pensé que en el territorio que habitamos, no estamos solos, que los ancestros y newenes permanecen, que las mujeres somos un punto en medio de la continuación de la vida y venimos de otras mujeres. No estamos solas”, expresa la cantante y agrega que en este 2016 también editó otros cantos bajo el nombre Amulepe taiñ purrun (que siga nuestro baile) y es una lucha contra el extractivismo y un llamado para que los pueblos originarios sigan defendiendo la vida, se animen a cantar, surjan nuevas voces y entiendan que la única salida del peligro es la colectiva. 


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