“El arte no debe ser políticamente correcto”

Últimamente los espectáculos de stand up se han instalado en la cartelera de los teatros. Ezequiel Campa es un referente del género y se despide de su show con una presentación en nuestra ciudad

Ezequiel Campa se destaca sobre las tablas con un género que está en crecimiento: el stand up. Es uno de los comediantes más reconocidos del teatro alternativo y de la escena humorística nacional. Además, su figura no pasa desapercibida, tampoco su imponente altura ni sus profundos ojos celestes. 

Campa tuvo la chance de formarse con grandes intérpretes como Julio Chávez, Rául Serrano, Diego Wainstein y Joy Morris. En su recorrido actoral fue conociendo a muchas personas e inició diferentes proyectos. Pero su experiencia no se limita al teatro, ya que incursionó en cine independiente, varias publicidades y televisión, con éxitos como La Lola, Todos contra Juan y Guapas. 

Durante cuatro años compartió el escenario con Malena Pichot. Juntos transitaron innumerables giras por todo el país y se presentaron en la última edición del festival de la comedia de Nueva York. 

En una entrevista íntima, el humorista habló sobre su actualidad laboral y los límites a la hora de hacer humor. 

“El humor es mi forma de vida”

Las nuevas generaciones consumen producciones humorísticas norteamericanas, cuyo humor dista mucho de la comedia argentina. Sumado a este hecho, no ha habido amplitud en las opciones porque, luego de la época de Alberto Olmedo, Tato Bores, Jorge Porcel y Raúl 

Portales, entre otros, hubo un vacío en este género, hasta que llegaron programas como VideoMatch o Cha cha cha, que exploraron otras aristas. Gracias al avance de internet y otras tecnologías, se abrieron las puertas a otros universos y a formas no convencionales de hacer humor. 

—¿Por qué elegiste el stand up y no otro género?

—Porque me da autonomía y la posibilidad de hacer mi camino. En cambio, para trabajar en cine o televisión tenés que esperar a que te convoquen.

 —¿Cómo es la relación con el público? ¿Te incomoda la fama?

—Me inicié en la actuación porque me gustaba, es mi forma de vida. Cuando comencé a ser reconocido por el público, hacía años que estaba laburando sobre el escenario. 

—¿Tenés límites a la hora de hacer humor? 

—No, no tengo una filosofía al respecto, donde yo te diga: Bueno, hasta acá llego y hasta acá no. Entiendo que algunos temas son más delicados, y si se los toma para el humor, pueden considerarse una falta de respeto. No hay que pedirle al arte que sea políticamente correcto. La corrección política se busca en otro lugar. El stand up es arte. La manera en que lo vivo, en que lo trato y lo llevo adelante no es como un negocio ni como entrenimiento. Entonces es como si hiciera una escultura, pintara un cuadro o escribiera un libro, no existe el resguardo. Exíjanme o crucífiquenme si no soy gracioso.

 —¿Utilizás herramientas multimediales para acompañar tu show?

—En este unipersonal solo estoy yo. Creo que el stand up es lo suficientemente complejo y entretenido como para no necesitar otra cosa como tocar la guitarra, hacer sketches o usar una pantalla. Pero hay que tener la soltura y la valentía para aguántarsela. Aún no me acostumbro al uso de videos e imágenes. Sin embargo, no descarto que en un futuro incluya algunas de estas herramientas para poder innovar. 

El proyecto que se pondrá en escena en 2017

El ícono del stand up se encuentra pergeñando el guión de su próxima obra. A diferencia de los shows ofrecidos hasta el momento, esta nueva interpretación contará con una iluminación específica y herramientas digitales como imágenes, música y videos que acompañen el relato. 

Algunos contenidos del proyecto artístico se entremezclan en la perfomance actual ya que Ezequiel Campa así lo quiso. Al respecto, expresó: “Durante mis últimas funciones probé ideas de mi futuro trabajo para saber cómo funcionan y cómo son recepcionadas por el público”. 

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