“El atractivo que tenía Gran Hermano hoy pasa por las redes sociales”

Así piensa Marcos Gorbán, un histórico productor de televisión que trabajó en varios realities. En diálogo con este medio, habló del show y se refirió al futuro de la pantalla chica argentina

Uno de los puntos “bisagra” en la televisión argentina fue la llegada del formato Gran Hermano. El 10 de marzo de 2001 el reality show desembarcó en la pantalla chica nacional y se convirtió en un punto de referencia para todos los aspirantes a ser miembros de la farándula nacional. Así, desfilaron figuras como Silvina Luna, Ximena Capristo  o Francisco Delgado, en una producción que se instaló con fuerza gracias a sus nueve temporadas. 

Uno de los responsables de realizar el nuevo formato fue Marcos Gorbán, un productor vinculado a la televisión a través de shows de renombre como Videomatch y Combate, que se suman al mencionado Gran Hermano. En diálogo con diario Hoy, Gorban se refirió a sus antiguos trabajos, así como también al futuro de la TV en el país. “Está en proceso de migración por demanda”, aseguró.

—¿Cuál fue el germen de los realities en el país?, ¿por qué son tan atractivos?

— En su momento, llamaron la atención por la llegada del público a la pantalla chica. Hasta ese momento, para formar parte de un programa de televisión tenías que ser periodista o actor. De pronto, cuando la sociedad comenzó a manejar otros lenguajes -como internet, redes sociales y blogs- la gente tuvo acceso a la palabra y así fue que las personas comunes, con sus historias, lograron llegar a la pantalla. 

A este fenómeno como tal, como nuevo género, se lo llamó reality show, más allá de los formatos que tuviera, como Gran Hermano, Operación triunfo, Despedida de soltero y La voz. Sin embargo, creo que en la actualidad se están reformulando.

—¿Hacia dónde están yendo?

—El atractivo para el público fue que se veía reflejado en estos relatos que aparecían en la televisión. En esas historias pequeñas, la gente se identificaba porque no había superhéroes ni nadie escuchando detrás de las puertas, como sucede en las novelas. Al no estar guionado, todo lo que pasaba se daba de forma inesperada. Ese era el secreto. Con el paso del tiempo, la industria y los ejecutivos de todos los países, no solo de la Argentina, se centraron en que las producciones fueran meramente con famosos, y el fenómeno de los realities se fue derritiendo: hecho con celebridades no resulta tan atractivo. El encanto que tenía Gran Hermano, hoy pasa por las redes sociales. Para que la gente común sea interesante ante estos ejecutivos deben superar los millones de visitas en sus redes sociales.

—De todas formas, la televisión en su conjunto está cambiando, ¿cuál es tu mirada al respecto?

—Es una televisión en pleno momento de transición, con todas las consecuencias que ese proceso amerita. Somos protagonistas de ese cambio. La ficción va a migrar a la televisión por demanda, es decir, a aquellas plataformas cuyos contenidos pueden ser consumidos en cualquier momento del día. 

—¿Qué va a pasar con el aire?

—Creo que cada vez se van a ver más programas en vivo. Muchos, incluyéndome, dijimos que la televisión iba a morir. Sin embargo, con la existencia de los contenidos por demanda, no creo que desaparezca, sino que tendrá un rol diferente a través de las noticias, acompañando a la gente, palpitando el momento a momento y relatando lo que va sucediendo. Es la tendencia que estamos viviendo. 

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