El excéntrico mundo de Juana Molina sigue dando frutos

Esta noche, la cantante presentará Halo, el álbum que lanzó el pasado 5 de mayo. En diálogo con este medio, la intérprete habló del show que brindará en la ciudad y destacó la música de la banda platense El Mató a un Policía Motorizado

Si algo define a la música de Juana Molina es lo experimental. Millones de arreglos en los temas que parecen improvisados en el momento, pero que distan de serlo y cuentan con una preparación muy delicada. Si algo la define todavía más es la fuerza de sus actuaciones en vivo, en los que, según cuenta, “los imprevistos son los que les dan gracia, incluso las cosas malas”. De esas cuestiones sabe el público platense, ya que durante su última visita a la ciudad en el festival Ciudad Alterna de 2015, la cantante tuvo que empezar dos veces el show a raíz de problemas eléctricos en el escenario y, durante el segundo corte de luz, optó por realizar un set improvisado con sus músicos, aprovechando las percusiones y el aliento del público.

Esta noche, Juana vuelve a La Plata para presentar Halo, su último disco. En diálogo con diario Hoy, la cantante habló del recital de esta noche, en calle 58 entre 10 y 11.

—Halo se lanzó el 5 de mayo, ¿cuánto tiempo te llevó hacer este repertorio?

—No sé, son cosas que voy haciendo de a poco, cosas que se me van ocurriendo en las pruebas de sonido, cuando estoy ensayando o cuando me pongo a tocar alguna pavada. Entonces voy grabando y, cuando llega el momento en que decido que debo hacer un disco, ahí me pongo a escuchar todo lo que tengo, ver que me interesa, qué me inspira, todo lo que fui haciendo durante los años.

—Tocás mucho en otros países, ¿cómo es la recepción de tus recitales afuera?, ¿son tan eufóricos como acá?

—Sí, en Japón y en algunas ciudades de Estados Unidos. Por ejemplo, en Filadelfia siempre hago unos shows que parecen que fueran en la Argentina. Todo depende del tipo de cultura. Si vas a Suecia esto no ocurre, te dan ganas de llorar a la mitad del espectáculo porque parece que se están pegando un embole tremendo. Aun así, cuando termina el concierto, te aplauden y te vienen a felicitar como si fuera algo maravilloso, pero no te lo transmiten para nada. 

Si la gente tiene ganas de cantar con vos, es porque hay una comunicación increíble. A mí me pasa con las canciones viejas en algunos lugares, con algunos públicos, y eso me da una alegría bárbara. No sé si pondría el micrófono para que canten ellos porque ya es como demasiado, pero sigo haciendo lo mío, la gente sigue haciendo lo suyo. Me parece que es algo muy lindo y tiene que ver con la magia del vivo. En caso contrario, te quedás solo, escuchas un disco, nadie habla, no vuela una mosca. Todos los imprevistos son lo que les dan gracia al show, incluso las cosas malas.

—Compartiste una fecha con el grupo platense El Mató a un Policía Motorizado, ¿qué mirada tenés sobre su música?

—No me entero mucho de lo que pasa con las bandas, pero sé que El mató ya es un grupo consagrado. Quizás estoy medio como encerrada un poco en una burbuja, no estoy al tanto de lo que va saliendo, pero por supuesto que sé quiénes son y además me gustan. Es más, creo que los conozco por eso: un día escuché una canción que me gustó, entonces empecé a seguirlos un poco. Me gusta Santi (Santiago Motorizado), cómo se expresa y la manera que tiene de cantar. Quizá me agrada porque siento que, en algo, se parece a la mía, en el sentido de que creo que canta como habla, y yo también lo hago. 

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