El gran Divorcio de Sarah Jessica Parker

La actriz, que conquistó el mundo con Sex and the city, dejó atrás su viejo éxito y se aventuró en una nueva serie que debutó en HBO

Sarah Jessica Parker es una de las mujeres más exitosas del mundo. Supo ser la primera it girl, es decir esas mujeres que marcan tendencia al resto, tanto en la moda como en la manera de entender las relaciones y la vida en general. Para agregarle más relevancia a su escalada a la cima, ha hecho desde sus propios zapatos hasta perfume, ropa, es patrocinante del ballet de Nueva York y madre de tres hijos que tuvo con Matthew Broderick.

Todo esto se dio desde que se emitió Sex and the city, programa que ella misma produjo y protagonizó con su personaje Carrie Bradshaw, desde la primera emisión en 1998 en la cadena HBO.

Durante más de 18 años Carrie fue el alter ego de Parker. Podría decirse que quedó atrapada en ese rol y en lo que generaba cada capítulo en las vidas de las mujeres jóvenes alrededor del mundo. 

Pero todo tiene un final y también un comienzo. Por eso apareció Divorcio en su vida, la nueva serie que empezó a emitirse ayer por la misma cadena en la que Sex and the city generó furor durante seis temporadas, con 94 episodios y dos aventuras en el cine. 

A los 51 años, se encontró de nuevo con una historia que la atrajo y se dispuso a volver a la televisión, algo que durante años negó querer hacer. “El divorcio es triste, y algo que pasa de verdad, pero también es absurdo. Nosotros hemos buscado el humor. A menudo en televisión o en el cine, cuando se trata de un divorcio, se ve una batalla implacable o gente rica que se pelea. Yo quería contar otra historia, una que no se hubiese visto antes en televisión”. 

El primer capítulo estuvo dirigido por Jesse Peretz, quien ya dirigió episodios de Girls y Orange is the new black, entre otros. Parker es Frances, una mujer narcisista y manipuladora, todo lo contrario de lo naif que tenía Carrie. La acompaña Thomas Haden Church como Robert, su marido. 

La reinvención de Sarah Jessica Parker en esta apuesta la tiene “muy nerviosa por temor a que no sea lo que los fanáticos esperan”, ya que entiende que la serie puede llegar a ser juzgada no por sus propios méritos, sino porque sus seguidores no puedan divorciarse de lo que fue Sex and the city.

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