El público busca escaparse de la realidad

En el año 2016 las películas más taquilleras en Hollywood y la Argentina fueron las animadas, paranormales o de superhéroes. ¿Por qué se da este fenómeno?

Si el cine fuera un espejo de la realidad, el año que pasó habría estado repleto de animales que hablan entre ellos o con humanos, gente con poderes salvando a la humanidad, villanos y superhéroes luchando entre sí o contra otros, destruyendo todo a su paso.

Es que, tanto en la meca del cine como en la Argentina, el público se decidió por películas de animación o historias de cómics llevadas a la pantalla grande tanto por las compañías Disney/Marvel como por DC/Warner Bros. 

En el norte del continente, las diez películas que más recaudaron en las salas fueron íntegramente de un mundo fantástico y fuera de lo normal. En orden de taquilla conseguida, Buscando a Dory, Rogue one: una historia de Star Wars, Capitán América: guerra civil, La vida secreta de tus mascotas, El libro de la selva, Deadpool, Zootopía, Batman vs. Superman, Escuadrón suicida, y Star wars: el despertar de la fuerza (película que se estrenó en 2015 pero que aún así entró entre las diez primeras solo por lo que recaudó en 2016), fueron las elegidas por el público. 

Esta tendencia se repitió en la Argentina, pero con una única salvedad, que es Me casé con un bol..., la película protagonizada por Adrián Suar, que fue la cuarta más vista detrás de Buscando a Dory, La era del hielo 5: choque de mundos y La vida secreta de tus mascotas. El resto del top ten está repleto de ficciones con contextos irreales, como Zootopía, El conjuro 2 (grata sorpresa para el cine de terror que está en un gran momento), El libro de la selva, Capitán América: guerra civil, Batman vs. Superman y Escuadrón Suicida.

Las razones pueden ser varias, pero el fenómeno conocido como hype, es decir buscar aumentar la ansiedad por ver una película a pocos días de su estreno, al que apuestan las productoras, está funcionando en un sector de la sociedad. 

El público de menos de 45 años, que consume hasta en sus celulares avances impresionantes sobre sus héroes de la infancia a través de la plataforma YouTube, junto con los niños que asisten con sus padres al cine engrosan la asistencia.

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