"El sacrificio de Nehuen Puyelli" se estrenó en La Plata

"El sacrificio de Nehuen Puyelli" es la última película del director del Conurbano José Ismael Campusano que se presentó en el 31º Festival Internacional de Mar del Plata y llegó a la pantalla platense este último fin de semana. Diario Hoy habló con un actor platense que fue uno de los personajes principales del filme de Cine Bruto

José Campusano logra un escenario de asfixia aunque la cámara esté adentro o afuera de un penal patagónico. El encierro está en todas partes y la violencia a flor de piel. Cuchillazos, disparos, facas, amenazas y un fuego que arde la memoria ancestral. El prolífico director del conurbano (Vikingo, Fango, El perro Molina) eligió a un sanador descendiente de mapuches que llega a la cárcel acusado de violar a una joven de clase media-alta y de practicar la medicina ilegal. 

La trama transcurre entre Esquel y Bariloche aunque también algunas escenas penitenciarias fueron filmadas cerca de Capital Federal. En el penal ríonegrino -escenario principal- se vive una extraña calma que es negociada por Ramón Arce -un preso que está a meses de obtener la libertad- y que por medio de negociaciones pabellón adentro logra una pseudo paz en esos pasillos decadentes a cargo del jefe de la unidad, un tal García, que encarna el actor platense Gustavo Delfino. Sin embargo, en esa tierra sureña en la que conviven la xenofobia hacia los pueblos originarios, las patotas y los ricos que desprecian a los pobres, el hijo del gringo Henderson llega al penal tras acuchillar a un paisano y va a instalar la locura entre los presos. Trae la perversión que todo puede pasar, y pasa. 
El “negro” Gustavo Delfino está más flaco en la vida real. Dice que la cámara lo engordó y que esta película se terminó de pasar este lunes en el Cine Select del Pasaje Dardo Rocha y que ahora sigue su circulación en el Gaumont de Buenos Aires. “No me pienso perder ninguna proyección, es una película con un fuerte contenido social que me pone un espejo porque yo también vengo de un barrio en la que prevalecía la violencia”, cuenta Delfino que se crió en el barrio platense Monasterio y con el teatro logró construirse un camino largo quea ahora también encontró su afluente en el cine. 

“El cine de Campusano tiene un compromiso social que me identifica en mi búsqueda artística. Yo vengo del mundo del teatro y me llegó la posibilidad de participar en este película que me pareció excelente, yo estuve 4 meses de intenso rodaje donde éramos una gran familia, no pude ir al estreno oficial en el Festival de Mar del Plata, pero hoy pude verla con mi familia en el cine de mi ciudad”, dice el Negro Delfino mientras sale del Pasaje Dardo Rocha camino al brindis por su debut en la pantalla grande con un filme que va afianzando un cine que trae discusiones imprescindibles en estos tiempos.