“Gracias a Dios puedo disfrutar de mis sobrinos”

Eso siente Darío Lopilato luego de la grave enfermedad que atravesó Noah, el hijo de Luisana y Michael Bublé. En diálogo con este medio, el actor repasó su carrera y su gran presente laboral

Darío Lopilato está feliz en el teatro. Cuando recibió a este medio antes de su función de Entretelones afirmó: “El teatro pasa a ser como parte de casa y tus compañeros son parte de la familia también, te bancan arriba y abajo del escenario. Y además estar en el teatro Liceo, de por sí, es un placer, ya que es el más antiguo de la Argentina”, reconoció Darío, quien también está contento por su reciente paso por el cine con Solo se vive una vez, el filme protagonizado por Peter Lanzani en el que compartió rodaje con actores de la talla de Santiago Segura y Gérard Depardieu. 

Sin embargo, nada lo moviliza tanto como ver sano a su sobrino Noah, el hijo de su hermana Luisana y del cantante canadiense Michael Bublé. El niño de cuatro años tuvo que atravesar una grave enfermedad. Hoy, la familia Lopilato se muestra más unida que nunca y hay paz y alegría en sus vidas. 

Darío, quien saltó a la fama gracias a su papel en la versión argentina de Casados con hijos, donde compartía reparto con su hermana, Guillermo Francella, Érica Rivas, Florencia Peña y Marcelo de Bellis, desandó junto a Hoy su recorrido en el medio, que empezó hace 25 años y que hoy lo tiene en su mejor momento.

—Trabajaste con gente de mucho renombre, ¿de quién aprendiste más?

—De todos. Y uno no deja de aprender. Tuve la oportunidad de trabajar con mucha gente de mucha trayectoria: Fabián Gianola, Enzo Viena, Carlos Moreno. Entonces se va aprendiendo, de ellos, del “Tano” Ranni, Emilio Disi, Germán Kraus.

—¿Te arrepentís de algo? La exposición de Casados con hijos, por ejemplo...

—Al contrario, es un programa que te sigue sorprendiendo a la hora de hacer reír, es medicina. “Te seguimos viendo”, “Me río de vos”, me dicen todavía. Cuando tu personaje traspasa la pantalla, pasa a ser parte de lo cotidiano y te saludan todos. Estoy conduciendo desde hace cuatro años una fiesta de egresados en Bariloche, viajo todos los lunes y vuelvo los martes. Cuando fui por primera vez pensaba: ¿Cómo será hablarle a los egresados? , fue fácil, te sacan la ficha desde ese personaje de antihéroe que uno hacía.

—¿Cómo vivís la experiencia de actuar en cine?

—Fue increíble, con Gerard Depardiueu, Peter Lanzani, Santiago Segura, La China Suárez. Se dio la oportunidad e hice el casting. Para mí, es el 50% del trabajo. Yo laburo desde los 11 años, hoy tengo 36 y se fue dando siempre así. Me organizaba de una manera para porder ir a la facultad. Soy técnico Electrónico y licenciado en Ciencias del Ambiente, y me organizaba para poder hacer todo. Llamaba a la agencia, iba a los canales. Para esta película, me dijo mi representante: “Andá vestido de judío ortodoxo”; yo estaba en puertas de hacer otra película. No me quería contar la magnitud del proyecto y después, una vez que me enteré, fui “todo vestido”. Fue una bendición de Dios. El año pasado tuve la oportunidad de hacer Nafta súper, la serie de superhéroes donde interpreté al Faisán, un chico que vivía en La Matanza, y era Linterna Verde. Fue otra experiencia muy linda.

—¿Cómo trabajás los personajes?

—A la hora de la creación del personaje me gusta ir de afuera hacia adentro. Ver cómo dice las cosas, qué se pone. A partir de ese momento, uno genera ese muñeco y después se mete en él. 

—¿Qué podés contarnos de  Entretelones?

—El cierre es en La Plata. Es una comedia increíble, donde ves el entretelón. Es un vodevil donde se ven las entradas y salidas; el escenario es gigante, da una vuelta de 180 grados y ves qué sucede atrás con los actores, somos nueve en escena. Hay amoríos, amistades que se rompen, y como espectador uno no lo ve. Pero a nosotros nos sucede, entonces, acá te das cuenta de que hay un ambiente raro. 

—Si no fueras actor, ¿qué serías?

—Tengo días buenos y malos como futbolista (risas). Me parece que está bueno pensar en el medio ambiente, lo que le dejamos a nuestras generaciones, hay que pensar en eso. El técnico electrónico lo tengo adentro también. Gracias a McGyver  quise serlo.

Lo primero es la familia

Más allá de ser actores y estar acostumbrados a aparecer en los programas televisivos, los últimos meses fueron extraños para los Lopilato. A partir de los problemas de salud de Noah, y más recientemente, la presunta estafa de un reconocido peluquero que su hermana Daniela se encargó de publicar, la familia del actor estuvo en los medios más de lo habitual.

—¿Cómo viviste la enfermedad de Noah?

—Estamos muy agradecidos a Dios, no fue un ataque místico que nos tocó, siempre confiamos en él. Gracias a Dios puedo disfrutar de mis sobrinos. Los medios fueron muy respetuosos y se han portado muy bien. Después de tanto tiempo de estar en carrera, uno elige qué quiere hacer público y qué no. Yo estaba haciendo la obra Bajo terapia en Mar del Plata cuando me enteré, y te puedo decir que Noah nos unió herméticamente y “pateamos para adelante”. Lo de Noah lo viví muy intensamente, desde el lugar de tío, de hermano, de hijo, en todos los aspectos. Y me quedo con el respeto de la gente que hoy viene y te pregunta, con la mejor onda y te cuentan que han hecho cadenas de oración. 

—Y, más cercano en el tiempo, pasó lo de tu hermana Daniela y tu mamá que se replicó en todos los medios...

—¿Por qué me mirás el pelo? (risas). No teníamos pensado que iba a pasar eso. Pero, hoy en día, con las redes sociales podés hacer tu descargo. Mi hermana Daniela, que es la guerrera de la familia, me dijo: Voy a poner esto, ¿me apoyás?. Yo le dije: Sí, te lo retuiteo. A los dos días, un quilombo por todas partes (risas).

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