“Gracias a Gran Hermano famosos y a los conflictos con Nino Dolce surgieron posibilidades laborales”

La modelo y actriz Valeria Degenaro habló sobre cómo, años atrás, la escandalosa separación mediática con su expareja le abrió el camino hacia numerosos trabajos en el medio artístico. Además, se refirió a su situación sentimental y opinó sobre la TV actual

En sus inicios, Valeria Degenaro hizo un curso de modelaje. Al poco tiempo, comenzó a transitar las pasarelas y luego debutó como bailarina en una reconocida discoteca de la cual varios famosos eran habitués. Una noche de 1998, ella salía del lugar y se cruzó con los cómicos de VideoMatch Martín “Campi” Campilongo y Álvaro “Waldo” Navia, quienes le recomendaron que trabajara en televisión. Al día siguiente, la joven fue convocada para un casting. De esta manera, quedó seleccionada y participó de algunos sketch del ciclo de Marcelo Tinelli.

Con 36 años, Valeria es dueña de una mirada seductora y un cuerpo voluptuoso que la definen como una escultura viviente. Su belleza y simpatía atrajeron a más de un famoso con los que vivió tórridos romances, como por ejemplo el cocinero de Playboy Nino Dolce, el actor Matías Alé, entre otros.

Durante los últimos meses, participó varias obras de teatro y programas de televisión como Combate, demostrando que uno puede reinventarse tras una tormenta mediática.

En una charla íntima con este medio, Degenaro se expresó sobre su trayectoria artística. 

—¿Cómo es realmente el mundo de las bailarinas alrededor del cual se tejen tantas historias y prejuicios?

—No sé si existe discriminación pero sí ocurre que nos juntamos entre las más afines. Existe la división entre las modelos “de alta costura” y las “mediáticas”.

Con respecto a los prejuicios, una vez trabajé en Doble vida, una ficción cuyo elenco estaba dividido entre las bailarinas de boliches y las que habían estudiado. Éstas últimas formaban parte del ballet estable. Ellas no querían comparaciones porque decían que nosotras éramos bailarinas de caño. Esto es frecuente en determinados lugares como revistas y programas de televisión. 

—¿Qué opinión te merece la TV actual? ¿Y el Bailando 2017?

—Hace unos días, me había copado con varias historias mediáticas. Estaba atenta al tema de Nicole y Cubero, pero finalmente opté por apagar el televisor. Todo es entretenido en su justa medida, pero en un punto se vuelve bizarro. Con respecto al Bailando, están invitando a gente que, la verdad, no tiene nada que hacer. Dicen que estará Sofía Clerici, que ante las mujeres quedó muy mal vista. También Antonella, la chica que fue víctima de bullying por un video que se viralizó. Por estas circunstancias, opté por hacerme “la modelo cool” y, en vez de criticar, miro otra cosa.

—¿Cuál fue el momento más incómodo que viviste en tu paso por los medios?

—Fueron varios. El que más me marcó fue el que viví en el programa de Viviana Canosa, cuando me peleé con mi por entonces novio, Nino Dolce. Fue una pelea que se me fue de las manos: le quise tirar una copa de agua para que se callara, por el grado de agresión de sus palabras, pero la copa se rompió y todo terminó siendo un desastre. Si bien fue una situación negativa, a partir de ese momento me empezaron a llamar de todos lados y trabajé muchísimo. Gracias a la edición de Gran Hermano famosos y todos los conflictos alrededor de mi separación con Nino surgieron muchas posibilidades laborales. Una puede tener un escándalo, pero eso no alcanza, hay que saber sobrepasarlo ¿Cuántas chicas salen a decir cualquier cosa y mueren en el intento? Gracias a Dios, llevo muchos años de carrera y nueve temporadas de teatro.

—¿Cuál es tu situación sentimental? 

—Estoy de novia hace 8 meses. Junto a mi pareja tenemos como proyecto casarnos y tener hijos. Soy muy celosa, ese es mi gran defecto. Después, soy la típica mujer a la que le gusta que la lleven a cenar, que le regalen flores y bombones.