Jessica Pimentel: la estrella latina a la que Orange is the new black le cambió la vida

La actriz es María en la exitosa serie de Netflix, que el viernes estrena su quinta temporada. En diálogo con este medio, aseguró que con la nueva entrega “levantamos la vara” y habló del hackeo que sufrió el show un mes atrás

Hace más o menos cinco años, Jessica Pimentel deambulaba por los castings pasando de frustración en frustración. La cosa iba tan mal que hasta se había replanteado su vocación, y estuvo muy cerca de dar el salto y convertirse en técnica en Informática, una de las pasiones de esta joven norteamericana hija de inmigrantes dominicanos. 

“No creo que Dios te haya puesto en la tierra para arreglar computadoras, tenés un don y me pondría muy triste verte desperdiciar tu talento”, le dijo su madre. Evidentemente, algún botón tocó, porque Jessica se replanteó sus dudas y siguió probando suerte. 

Es que Pimentel lograba superar las primeras instancias en las audiciones y llegaba lejos en las pruebas de cámara, pero nunca conseguía que la contrataran. Sin embargo, finalmente le llegó el llamado, y gracias al rol de María Ruiz en Orange is the new black, la ficción carcelaria de Netflix, la vida de Jessica cambió rotundamente, a tal punto que para esta temporada la ascendieron a personaje regular en la serie.

En diálogo con diario Hoy, Pimentel habló de sus estudios, de su pasión por la música y de su lucha por romper con el mote de “actriz latina”.

—¿Cómo conseguiste el papel en la serie?

—Audicioné varias veces para algunos de los roles del show, fueron unos meses extraños. No estaba segura de querer vivir con una desilusión constante. Cuando llamé a mi representante para decirle que no quería ir a más castings por el resto del año, me dijo que tenía uno más para mí. Fue para el rol de María, una prisionera embarazada. Era todo lo que sabía. Aparentemente mi frustración era palpable y era la fórmula exacta para darle al personaje la actitud que necesitaba, y a la semana siguiente comencé a filmar.

—¿Esperabas convertirte en un personaje habitual del show?

—En este negocio nunca espero nada. Estoy agradecida de haber podido ser parte de este proyecto desde el comienzo y me siento honrada de que me hayan contratado como regular. Estoy impresionada por la transformación por la que pasó María en las cinco temporadas. Es una bendición ser parte de un show tan magnífico.

—Hay una escena muy fuerte en la que a Piper (Taylor Schilling) le graban una esvástica con fuego, ¿qué tan difícil fue filmarla?

—En el budismo, la esvástica es un símbolo muy sagrado. Me pareció irónico (como practicante de esa religión) que fuera yo la que tuviera que hacer algo tan violento. Por supuesto, fue muy difícil rodarla, muy intensa y emocional. Ensayamos las escenas de la pelea el día anterior, así que teníamos la coreografía, un coordinador de la escena y los dobles de riesgo para ayudarnos en algunas partes y que nadie se lastimara, pero terminamos haciéndolo nosotras mismas. Además, había un bombero en la escena, ¡porque las llamas eran reales!

Taylor estuvo magnífica, le puso toda la energía y el realismo. Tanto que terminé con un nudo en la garganta y empecé a llorar en el medio de una de las tomas. Fue un momento muy fuerte en la cuarta temporada y creo que quedó en la mente de todos. Lleva a la audiencia a pensar quién es realmente el malo, quién hace lo correcto y quién no.

—¿El budismo interfiere de alguna forma con tus actuaciones?

—Raramente. Si algo hace es ayudarme a entender lo que estoy haciendo, que es contar historias que tienen la posibilidad de afectar la vida de la gente. Tener la oportunidad de transformar y convertir a otros me da una perspectiva de la condición humana. Literalmente, tengo que intercambiarme con otro y entender cómo y por qué hace las cosas que hace. A través de esta práctica puedo desarrollar mi compasión, que es una pieza clave en la fe budista. Además, mi trabajo entretiene y le da placer a la gente, así que si al menos puedo hacer eso, significa que hice algo bueno.

—¿Qué te parece la representación latina en el show?

—Estoy orgullosa de ser parte de una serie que muestra a tantas latinas de lugares diferentes y le enseña al mundo cómo somos, quiénes somos. Nos dejan darle nuestro toque cuando se trata de hablar en español o usar modismos, algo que es muy útil y nos da un giro muy personal.

—¿Y en el mundo de Hollywood?

—Ser una artista en el mundo ya es complicado de por sí. Tratar de encontrar trabajo, o proyectos que estén alineados a tu moral y tu ética es muy difícil. Ser actriz tiene sus propios problemas: hay más gente que papeles, es tan simple como eso. De todos esos roles, hay pocos que son para mujeres. De estos, a su vez, hay pocos para las de color y todavía menos para mujeres latinas. 

Creo que en 2014 solo el 4,9% de los cien filmes principales tenía personajes hispánicos, así que el primer obstáculo es conseguir trabajo y el segundo es evitar roles que sean estereotipos o caricaturas de nosotros. Para eso, nos apoyamos en los guionistas para crear personajes tridimensionales e historias maravillosas, y en los directores de castings que vean más allá de la raza y nos pongan en roles que a lo mejor no se habían pensado para una latina. Por último, es nuestro deber crear más material que nos represente de una forma más rica y completa.

El costado metalero de la artista y un guiño a la banda argentina Almafuerte

La pasión por la música de Jessica es incuestionable: estudia ese arte desde mucho antes de haber comenzado su formación actoral a los 13 años. “Había empezado violín, pero tuve que dejar por problemas en las manos y las muñecas”, explicó la intérprete.

A pesar de ello, nunca dejó de lado esa pasión, y cuando Jeff y Dan Martínez la contactaron para conformar una banda, aceptó encantada. Con su grupo, llamado Alekhine’s gun, tocan metal, y este medio le hizo escuchar El pibe tigre, de Almafuerte, una de las formaciones más emblemáticas del género en la Argentina. “¡Wow! Es música trash de la vieja escuela, ¡que viva el metal!”, expresó Pimentel.

—¿Cómo nació Alekhine’s gun?

—Después de un largo período sin tocar, necesitaba hacerlo nuevamente. Hay algo muy satisfactorio en la música. Me contactaron dos músicos de Brooklyn que habían formado una banda llamada Desolated, y estaban buscando empezar un nuevo proyecto. Fue mágico que llegaran en el momento exacto, el día después de decidir que quería tocar otra vez.

—¿Se interpone con la actuación?

—Por lo general, cuando se está rodando la serie, usamos el tiempo para escribir, ensayar, y si se puede, tocar los fines de semana. Actualmente hemos dejado de hacer recitales, para dedicarnos a componer nuestro nuevo álbum, que esperamos sacar a fin de año.

La tristeza tras la filtración de los episodios

A fines de abril, un grupo de hackers amenazó a Netflix con publicar episodios de Orange is the new black. Como la compañía no pagó el rescate que reclamaban, los responsables del fraude virtual filtraron los primeros diez capítulos de la quinta temporada.

“Me sentí violada, nuestro trabajo no estaba completo”, sostuvo Jessica Pimentel, para quien además fue muy triste que les robaran algo a “lo que le pusimos sangre, sudor y lágrimas”. Sin embargo, se mostró orgullosa de los fanáticos que decidieron no mirar nada antes del estreno, y bloquear o humillar públicamente a los que posteaban lo que no les pertenecía.

Para aquellos que respetaron los tiempos de la serie, afirmó: “Les juro que esta temporada no tiene comparación con las otras, levantamos la vara en formas que no puedo explicar”. 

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