Jorge Vázquez: “A mí me quedan muchos sueños y no los pienso regalar”

Tras ganar Elegidos en 2015, el cantante platense se convirtió en una figura destacada del tango y la balada a nivel nacional. En una charla con este medio, el músico habló de su presente artístico y del show que realizará próximamente en la ciudad

En los años 90, Jorge Vázquez era un joven emprendedor que, junto a sus amigos, integraba Los Búhos, una reconocida banda tropical de La Plata. Tras grabar un disco y recorrer los escenarios de todo el país, el proyecto llegó a su fin y Jorge emprendió una carrera como solista. Así se hizo conocido por presentarse en los bares y los festivales de la ciudad con sus baladas, tangos y canciones melódicas.

Pasó el tiempo, el artista se casó, formó su familia y hoy es padre de tres hijos. Un día, mientras Vázquez trabajaba en el Ministerio de Salud, se enteró que su primogénito, a escondidas, lo había postulado para presentarse en Elegidos, un programa de talentos que se emitía por Telefe. Asombrado y sin quedarse atrás, el intérprete aceptó el desafío y se ganó un lugar en el show. Impactando en cada gala con su voz y presencia, Jorge llegó a la final del concurso y se consagró como el campeón. Desde ese entonces, siguió vinculado al canal y por eso fue tenido en cuenta para algunas participaciones especiales en Polémica en el bar  y Educando a Nina. Además, puso su voz para Cuando muerde el amor, la canción oficial de Fanny, la fan, la novela protagonizada por Agustina Cherri  y gran elenco.

Durante 2016 Vázquez compuso y grabó Así, su primer trabajo con un sello discográfico multinacional. El disco fue galardonado como mejor álbum de nuevo artista de tango en los Premios Gardel, un reconocimiento “con el que había soñado toda su vida”.

A semanas de su presentación en el Coliseo Podestá (10 entre 46 y 47) a las 21, el próximo 15 de septiembre, el artista visitó la redacción de diario Hoy  e hizo un repaso por su carrera, destacando además su gran presente artístico.

—Ganaste el reality show Elegidos, un momento bisagra en tu carrera…

—Creo que no hubiese pasado si no me hubieran escuchado en la televisión. 

He cantado en bares para muchas personas o solo para cinco. Hoy lo hago en teatros grandes, con personas reconocidas. 

—El año pasado lanzaste  Así, tu primer disco solista editado por un sello multinacional, ¿qué significa para vos este logro?, ¿cómo fue la elección de las canciones?

—Soy un coleccionista y comprador de discos, el hecho de ir a una disquería y que esté o suene mi álbum en una batea es muy loco. Si me hubieran invitado a grabar en japonés, lo hubiera hecho igual porque grabar un disco era el sueño más importante de mi vida.

Cuando llegó el momento de producir el álbum, elegí como 40 tangos, me animé a presentar Se me va la vida, una canción que es mía y habla de los sueños. A mí me quedan muchos sueños y no los pienso regalar.

—Gracias a tu producción solista obtuviste un premio Gardel, ¿cómo fue ese momento?

—Fue un momento difícil, era el día de mi cumpleaños, falleció la mamá de mis hijos y gané el Gardel. Todo el mundo que me llamó, me dijo: una de cal y una de arena. A pesar de todo, es un orgullo para mí, para toda la ciudad, para todos los músicos que la reman a día a día.

—Grandes valores del tango fue un programa emblemático, ¿creés que hacen falta este tipo de contenidos en la actualidad?

—En el país hace falta la difusión de la música argentina. Por ejemplo, algo como el programa de Juan Alberto Badía donde se presentaban artistas de todos los géneros. En esta ciudad hay muchos artistas y por suerte algunos pueden cruzar la 32, que es como un muro de Berlín. Dicen que Dios atiende en todos lados, pero está en Capital Federal.

—Es sabida tu admiración por La barra y el grupo Chébere, ¿sos un tanguero al que le gusta el cuarteto?

—Me gusta mucho y claro que me animo a entonarlo. Es más, para mi participación en Educando a Nina hice una versión de Qué ironía, el tema de Rodrigo. Cada vez que voy a Córdoba, me hacen una nota y me animo a cantar algo.

—Fuiste convocado para ponerle la voz a la canción de Fanny, la fan, ¿significó otro desa­fío?

—Sí, porque debí salir del tango para grabar una balada moderna, con muchos arreglos. Además, es un descubrimiento para la gente que no conoce otra faceta mía.

—Cacho Castaña te invitó para la inau­guración de Café La Humedad, ¿cuál fue tu reacción?

—Es una de las personas que más me conmueve. Lo vi una infinidad de veces pero nunca le hablé ni le pedí una foto. Cuando me llamó y me convocó para hacer esa presentación, fui el primero en cantar y fue un orgullo. A partir de ese momento, las veces que nos vimos le dije cuánto lo admiraba. Ahora me encantaría entonar una canción con él y estamos trabajando en eso. Estoy más que contento.

—Con tantos años de carrera, ya sos un artista que juega en Primera, ¿qué sensaciones tenés ante tu inminente presentación en el Coliseo Podestá?

—El hecho de tocar para la gente de la ciudad, que tanto me lo pide, es un sueño cumplido. A lo mejor me han visto en otros formatos y poder presentar lo que estoy haciendo ahora es lindo, porque puede ir toda la familia, van tres generaciones, desde los abuelos, los hijos hasta los nietos. Además, se acercan los hombres atraídos por el tango. 

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