Kapanga: “Los accidentes suceden, por eso siempre hay que prever”

Antes de tocar en nuestra ciudad, Maikel, guitarrista de la banda, se refirió a la tragedia en el recital del Indio Solari en Olavarría y habló del presente del grupo oriundo de Quilmes

Kapanga es una de las bandas más festivas del país. Junto con Los Auténticos Decadentes, supieron hacer una carrera a base de música alegre, bailable y también comprometida con lo social. El grupo, que fusiona rock, ska, cuarteto y hasta metal, ya lleva en actividad 21 años, durante los que editó 13 discos y una película entre musical y cómica, llamada Todoterreno, que salió en 2008 y contó con actuaciones estelares de Pablo Echarri y Ricardo Iorio. Miguel “Maikel” De Luna Campos, el guitarrista de la banda oriunda de Quilmes que este viernes se presentará en 58 entre 10 y 11, habló en exclusiva con diario Hoy.

—¿Cuál es el último disco y cómo es su estética?

—Motormúsica es el último álbum y tiene un cambio estilístico bastante marcado, bien pronunciado. Esto fue el resultado de una búsqueda, de un concepto que comenzamos a desa­rrollar en Lima, nuestro disco anterior, y tiene que ver con la vuelta a nuestras raíces. Hay temas de Kapanga en otros álbumes que quizás quedaron descolgados pero hoy tienen que ver más con este estilo. Generalmente nos gusta ser una banda ecléctica, mezclar varios géneros y combinaciones armónicas diferentes. Para el proceso de producción de este disco decidimos las formas que tendrían las canciones.

—A partir de este álbum comenzaron a trabajar de forma autogestiva ¿Cómo fue este proceso?

—Estuvimos muchos años junto a diferentes compañías discográficas como EMI y Popart, con las cuales no tenemos más que palabras de agradecimiento. Lo que sucedió fue que teníamos nuestro estudio de grabación, la sala de ensayo y la propia organización de los shows, el último paso que nos quedaba era este. Lo bueno es que tenemos otros tiempos, aunque la parte organizativa y empresarial es lo que más cuesta. Te brinda la posibilidad de hacer las cosas de otra manera, por ejemplo editar un video de forma correcta y no cuando lo indica el medio. También corrés el riesgo de equivocarte, pero de los errores se aprende. La verdad es que estamos muy contentos y agradecidos porque los medios de comunicación nos ayudaron muchísimo.

—¿Prestan atención a los lugares en donde van a tocar después de lo ocurrido en Cromañón y el recital del Indio Solari en Olavarría?

—La verdad es que sí. Cuando sucede ese tipo de circunstancias uno realiza una revisión de algunos puntos y se fija si se están haciendo las cosas bien. Por ejemplo, Kapanga fue una de las primeras bandas en presentarse a los festivales provinciales, que usualmente están destinados a formaciones de folclore. En esas ediciones se agregó una fecha que se llamó Noche joven  y solo había como resguardo una serie de vallas. Nosotros debíamos parar algunos conciertos porque el pogo se desbordaba. En un momento dado nos cansamos y mandamos a fabricar 12 metros de free-standing (vallas de contención), que era carísimo pero nos hacía sentir seguros para poder tocar en cualquier lado y las personas de seguridad trabajaban mejor. Hay que tener en cuenta que los accidentes suceden, por eso siempre hay que prever. De igual forma no quiero hacer un juicio de valor de ningún colega, porque cada uno se maneja como puede. 

—¿Qué es lo que no puede faltar en un show de Kapanga?

—Alegría. La gente viene a nuestros conciertos para pasar un buen momento y olvidarse de diferentes situaciones. Y esta cuestión nos hace sentir muy cómodos. Esta es una banda que es muy sincera, que mira a los ojos, que realmente está en el escenario porque tiene ganas de tocar y esta es una premisa que tenemos desde siempre. Cuando solo lo hagamos por dinero será un “taza, taza, cada uno para su casa” y será el día que se termine Kapanga.  Además, en estos últimos años podemos viajar con todo el equipo completo y por eso podemos meter shows  más producidos.

—Ustedes han dicho que son una mezcla entre Iron Maiden y la Mona Jiménez, ¿cómo sería esto?

—Expresiones que decíamos cuando éramos jóvenes e inconscientes, no es como ahora que somos adultos e inconscientes (risas). De igual forma, tenemos frases más polémicas que datan de nuestros inicios, como fue “peor es trabajar”, pero creemos que el trabajo es un lujo y lo cambiamos por “lleva mucho trabajo no trabajar”.

—¿Pudieron encontrar a Ramón?

—Por supuesto. Lo llevamos siempre en nuestros corazones. 

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