La Caverna, en tiempos de amor y Posguerra

El grupo despide el año con dos presentaciones que marcarán el cierre de una intensa etapa en su carrera. Además, comenzará a producir el nuevo material discográfico

La Caverna es una banda platense fundada en 2000, y forma parte de la enorme cantidad de grupos en constante ascenso. Sus ricas creaciones fusionan ritmos como rock, reggae, funk y música popular, entre otros. En su trayectoria cuentan con cuatro álbumes editados y uno que está próximo a salir. En la actualidad, se sumaron a la lista de artistas que difunden sus creaciones a través de un sitio web. 

La formación musical se destaca por la composición musical y la voz principal de Diego Fauci, los teclados de Facundo Ferreira, la guitarra de Fabián Ferrari y las letras de Juano Falcone, quien también es el baterista. En una entrevista íntima, Juano habló sobre la historia de la banda y los preparativos de los dos recitales que darán próximamente en La Plata.

—¿Cuál es el concepto narrativo de Posguerra?

—El disco se basó en la perspectiva de un grupo de personas de 30 años que quiso llamar así al álbum por la crisis que implica haber dejado “los años 20”, como le decimos nosotros. Es el fin de la adolescencia, el principio de la adultez, las primeras decepciones, los desamores, las desventuras que se atraviesan, como también las vivencias intensas que tienen ambas épocas. No existe una concepción bélica en Posguerra. Por el contrario, quisimos describir y condensar lo que nos pasó en el momento de producir el álbum. Este disco nos abrió las puertas en varios sentidos, porque tocamos en todos lados, nos permitió viajar, presentarnos en festivales, agrandar la estructura. Ahora llegamos a mu­chos más pibes. La banda trabajó otros ritmos, más intensamente. 

—¿De qué tratará el nuevo álbum en el que están trabajando?

—Va a ser intenso y lleno de emociones. No estamos en la época de mayor optimismo. En la banda siempre hubo una pulseada entre el idea­lismo y el escepticismo, el nuevo trabajo condensará una mirada densa. No solemos explayarnos demasiado en algo que después hablará por sí solo.