“La música se transformó en Snapchat, las canciones desaparecen en segundos”

Lou Bega se hizo mundialmente conocido en 1999 gracias a su hit Mambo nº 5. En diálogo con este medio contó en qué está trabajando y reveló una curiosidad: la difusión de su segundo disco fue interrumpida por el atentado a las Torres Gemelas

A los 22 años, el alemán David Lubega, mejor conocido como Lou Bega, pasaba el rato en un sótano junto a un amigo, cuando escuchó un disco del cubano Dámaso Pérez Prado. Como si fuera una revelación, quedó hipnotizado por la melodía de Mambo nº 5, cuya música original era obra de Pérez Prado, y se dio cuenta de que a esa versión le faltaba algo: letra.

Así fue que decidió sentarse a escribir algunas estrofas. En veinte minutos ya tenía la canción completa y, junto a su amigo, fue en busca de alguna compañía a presentar lo que habían hecho.

Sin embargo, la desilusión fue inminente: “La primera vez que se la mostramos a un sello, nos echaron a la calle. Pensaron que estábamos bromeando”, contó Bega a diario Hoy. Por suerte para ellos, apareció la discográfica BMG en Berlín y así fue como comenzó el vertiginoso viaje a la fama para Lou, que primero conquistó Europa y después llegó a los Estados Unidos, desde donde logró expandirse a Latinoamérica y cautivar oyentes por todo el mundo.

—¿Te acordás de qué manera te hiciste tan conocido?

—Cuando firmé contrato con BMG estuve en uno de los programas más importantes de Europa que ya no existe más, era la primera vez que tocaba en televisión. Se trataba de un show que veían alrededor de veinte millones de personas, por donde pasaron figuras como Michael Jackson y Mick Jagger. Muchos famosos estuvieron ahí y de todos ellos, fui el primero que tuvo el honor de cantar dos veces una misma canción. Creo que ese programa nos impulsó, de Berlín se esparció a todos lados: Francia, Inglaterra, Asia, Estados Unidos, y de ahí llegué a los países latinos.

—¿Cómo eran esos días?

—Esos tiempos me enseñaron muchísimo, no visité mi casa por dos años y medio. Tuve un estilo de vida hollywoodense, de hecho, tenía un departamento en Los Ángeles. Mi vida fue una locura después del descubrimiento de Mambo nº 5.

—O sea, le debés todo a esa canción...

—Fue muy loco. Con un amigo escribimos y produjimos la versión que todo el mundo conoce. La parte instrumental de Pérez Prado de la década del 50 la escuché cuando era un adolescente y vivía en Miami. Después volví a Alemania y me olvidé de ella. 

Cuando mi amigo me volvió a mostrar ese tema, me gustó tanto que supe que tenía que escribir una canción con ella. Lo instrumental era genial, un clásico, bailable, pero sentí que había que agregarle letra. 

Fue una cosa de veinte minutos quizás, esas cosas que tienen que pasar. Lo hice, confié y funcionó. Cambió completamente mi vida, la de mi familia y la de mis amigos. Fue un hit inmenso que no esperaba de ninguna manera.

—Gracias a él, estuviste en la Argentina, ¿qué recordás de nuestro país?

—Por aquellos tiempos viajaba los siete días de la semana. Estuve allí al principio, en 1999, tenía 24 años y fue genial, una de las mejores experiencias que tuve en la gira fue Buenos Aires. 

No tuve mucho tiempo de apreciar el paisaje, pero quedé impactado por los edificios y la gente hermosa de allá. 

Me gustaría volver algún día, disfruté mucho de la comida; la familia de mi madre es italiana, así que disfruto mucho de los sabores y algunos lugares me hacían acordar a Italia. También tengo algunos amigos.

—¿Cómo fue ese show?

—Toqué en un escenario abierto, creo que fue en agosto, no estoy seguro, muy lindo. A la noche, la gente del lugar me llevó a pasear y volví al hotel como a las 5.30 de la mañana, eran mis días locos.

Sweet like cola, volver a empezar

Después de su gran éxito musical, Lou Bega vivió dos años inolvidables girando por el mundo y haciendo bailar a la gente. “Cuando escuchás A little bit of mambo (su primer álbum) te encontrás con un pequeño universo, y eso es lo que hago en mis recitales: trato de llevar a la gente a un lugar que no está en la tierra, donde todo es más fácil y se puede disfrutar”, contó el cantante alemán.

El final del milenio y el comienzo de 2001 fueron tiempos de gloria para el hombre del mambo. Sin embargo, un hecho crucial en la historia mundial terminó frenando en seco su carrera: el atentado contra las Torres Gemelas en Estados Unidos. “Estaba comenzando la distribución de mi segundo álbum y cambió el clima”, reveló Lou, que a partir de ese momento decidió dar un paso al costado. “Volví a Europa a hacer todo de un modo más íntimo, y de paso a recuperar un poco mi vida privada”, dijo.

—¿En qué estás trabajando ahora?

—Principalmente, toco. Tengo 67 recitales al año, por todo el mundo, aunque la mitad son dentro de Europa. Tenía uno pautado en Rusia, pero ese quizás no se haga por las tensiones políticas. Por otro lado, acabo llegar de Miami, donde hice algunos comerciales y estuve una semana, así que ahora estoy escribiendo y produciendo canciones para eso, porque es un nuevo ingreso que tengo.

También soy un hombre de familia, tengo una hija que acaba de cumplir nueve años, en abril.

—¿Cómo ves a la industria musical?

—Cambió. Se transformó en algo como Snapchat o Instagram, donde todo está ahí un segundo, pero después desaparece y llega algo nuevo. Es muy difícil traer un clásico al mundo, porque hoy en día es todo muy efímero. Hay muchos artistas dando vueltas, con buenas canciones, pero, ¿quién tiene el tiempo de sentarse a escuchar un disco o ser absorbido por un universo como el del mambo o el rock?

—¿Tuviste algún otro hit?

—La última gran canción que hice fue Sweet like Cola (lanzada en 2010, tiene más de 10 millones de reproducciones en YouTube), que después me enteré que tiene una traducción chistosa en español. Me hizo llegar a la gente joven. Esa y Mambo n º5 son los temas para romper el hielo.

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