La separación de Laurita y Fede ya se convirtió en el culebrón del año

La pareja del Bailando sigue dando tela para cortar. Además, Flor Marcasoli y su novio, el exparticipante de Gran Hermano, Bam Bam, dieron detalles sobre los mensajes que Bal le mandó a la vedette

Con una gran muestra de timing con respecto al inicio de la nueva temporada del certamen de baile de ShowMatch, Laurita Fernández y Federico Bal convirtieron su reciente separación en el tema preferido en los programas sobre la farándula, quienes están entregados a las noticias que surgen acerca de los dos jóvenes.

El fin del amor fue por un engaño de él con Flor Marcasoli, pero como la ahora expareja en lo sentimental, continúa siéndolo en lo laboral, las cosas no se le están haciendo del todo sencillas a la conductora de Combate. “A mí me duele. Es muy difícil porque estoy bailando con él y a mí él me gusta, me atrae. Sigo enganchada. Entonces me toca, y bailamos y es muy difícil”, comentó angustiada Laurita en un programa matutino. 

Allí, además, dio más detalles sobre lo que ocurrió entre ellos. “En febrero me fui a Carlos Paz unos días a verlo, a hablar, a ver qué pasaba. Nunca nadie se enteró, él venía cuando podía, me hacía sorpresas. Si en paralelo tenía otra situación, la verdad que no me copa. Sé muy bien lo que es que un ex te vuelva a escribir para hablar de laburo o para hablarte. Si suceden estas cosas de vuelta, no me voy a sentir muy cómoda, entonces tomé mi decisión”, explicó Fernández, poniendo en la mesa lo que ocurrió con Flor Marcasoli y unos mensajes que le habría enviado Bal.

Pero la cosa no quedó ahí, ya que Marcasoli estuvo junto a su actual pareja, Bam Bam, el exparticipante de Gran Hermano en un programa y él reveló el contenido de los mensajes de Fede. “Tengo miedo de no sentir este amor por nadie”, y “Sos mi casa en este mundo”, reprodujo el exhermanito. 

Esto le produjo un problema con Flor, que le preguntó cómo se enteró del contenido, si ella no le había mostrado los mensajes, a lo que el joven contestó: “Nosotros estábamos un día hablando y teníamos los celulares arriba de la mesa. Como no tenés contraseña, vi que decía Fede. Como en ese momento no me dijiste nada, me molestó.” Ella, indignada, le replicó: “Hablás como si fueras un monje y nada más alejado de eso. Me molesta que me pidas explicaciones”. Parece que hay culebrón para rato.

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