“Lo extraño del caso es que toda la familia estaba involucrada”

[Entrevista exclusiva]
Por Vanesa Odino

En diálogo exclusivo con Hoy, Pablo Trapero, Guillermo Francella y Peter Lanzani adelantaron el estreno de El Clan, la película basada en los secuestros extorsivos de la familia Puccio durante la década de los ’80. Entre otros temas, destacaron la experiencia durante el rodaje, mientras el actor de El secreto de sus ojos habló de una asignatura pendiente: la dirección

La mirada penetrante, filosa y fría de un Guillermo Francella completamente irreconocible es la imagen perdurable de El Clan. El filme de Pablo Trapero narra la historia parcial de los secuestros  extorsivos realizados por la familia Puccio en la década de los ’80.  “No dejamos nada librado al azar...Si vos hacés el ejercicio de intentar no pestañar por un momento y sobre todo cuando hay parlamentos largos es algo complicado, pero necesitaba generar esa tensión. De esto me sentí feliz, de no verme, no reconocerme en la pantalla”, afirma Francella.

Ocultos bajo la fachada de una típica familia de San Isidro, el clan -liderado por Arquímedes Puccio (Francella) y secundado por Alejandro (Peter Lanzani) el hijo mayor y estrella del club de rugby CASI y jugador de Los Pumas-, identificaba posibles candidatos a los que secuestraba y mantenía en cautiverio en el inmueble en el que habitaba el resto de la familia, cómplices, en mayor o menor medida, de los macabros crímenes. “La historia está centrada en los casos de ‘82 al ’85, que son los cuatro casos por los que fueron juzgados, pero hay muchos más que no aparecen en la película que tuvieron que ver con Arquímedes y el clan”, dice  el director Pablo Trapero.

A poco del estreno del filme –el próximo 13 de agosto-, los tres protagonistas principales de esta historia –Trapero, Francella y  Lanzani- relatan a Hoy las vicisitudes y los desafíos del filme que ya fue seleccionado para competir por el León de Oro del Festival de Cine de Venecia.

- ¿Cuál fue la óptica que elegiste para recrear esta historia?

Pablo Trapero: - La película tiene mucho que ver con las ópticas, era una película de época y por eso buscamos unos lentes que son difíciles de trabajar pero que son muy buenos. En cuanto a la investigación fue bastante tiempo de ver gente, como te imaginarás, de esa época hay muy poco material digitalizado. Tuvimos que ir puerta a puerta, vimos a familiares de las víctimas en su mayoría. A varios jueces como María Servini de Cubría. Ellos nos ayudaron a reconstruir la historia, también los expedientes judiciales.

- ¿Cómo armaste el vínculo de los Puccio?

- En todo el proceso nos preguntamos por las familias de las víctimas, porque para muchas personas fue muy doloroso este proceso...Con los Puccio intentamos contactarnos muchas veces, pero no hubo caso, ninguno estaba dispuesto a hablar, sí hablamos con amigos de Alex (Alejandro Puccio), algunos se consideraban examigos, otros siguen pensando que hubo una gran confusión en la que Alex fue una víctima más de su padre y nunca participó de nada. Pero los que más nos ayudaron fueron los familiares de las víctimas...Desde el primer momento ellos  sabían que mi idea era narrar la historia de una familia, la intimidad de los Puccio, que no se trataba una película donde se narrara el punto de vista de las víctimas, sino que de los victimarios.

- ¿Cómo fue el recorte temporal que hiciste para la película, teniendo en cuenta que hubo más secuestros?

- La vida criminal de Arquímedes empieza bastante temprano, hay cosas que no están en esta película porque era algo infinito, y no sólo eso, sino que era algo alucinante. Muchas de las personas que hayan seguido las andanzas de Arquímedes en General Pico (luego de su liberación) parecen una saga de comedia y enredos. Pero previo a eso fue parte del correo diplomático, tuvo una causa por contrabando de armas por la que fue sobreseído. En el ‘73 tuvo otra causa por un secuestro en el que fue sospechado pero misteriosamente fue sobreseído. Se sabía que era parte de la Triple A, había información que lo relacionaba con la SIDE. La vida de Arquímedes fue yendo por muchos caminos distintos: se formó sus primeras participaciones políticas en Tacuara y al fin de sus días se reivindicaba como Montonero. Esos lugares eran excusas para sus propios negocios privados, lo que lo representa más simbólicamente es que haya contrabandeado armas desde el correo diplomático.

Por otra parte, lo extraño del caso en general es que toda la familia estaba vinculada. Había una doble vida pero cada uno de los hijos, tanto como Alejandro como Maguila (Daniel) eran adultos y pudieron elegir. Peo evidentemente las primeras víctimas de Arquímedes fueron sus hijos, por eso el personaje de Alejandro nos permite ver esta dualidad: un tipo muy ambicioso que podría haber elegido otra cosa, sin embargo mantenía una relación muy complicada con su padre.

- ¿Cómo tomaste el hecho de que se estuviera haciendo una miniserie sobre los Puccio a la par de tu película?  

- Supe del proyecto porque me lo propusieron. Pero yo ya había anunciado la película, más allá de que se había demorado el proyecto.  El punto es cómo la cuenta cada uno, y eso es lo que hace que tenga validés. Y el hecho de que se cumplan 30 años desde que los arrestaron, debe potenciarnos a todos.

Arquímedes y Alejandro: una historia de complicidad

En El Clan, se puede evidenciar la fuerte influencia que tenía Arquímedes en su familia. No sólo su esposa, Epifanía, apoyaba los ilícitos sino que promovía que sus hijos formaran parte de ellos. Alejandro, el mayor de los seis hermanos fue la gran apuesta de su padre y el personaje que mayor dualidad presenta en el filme de Trapero.

- El único antecedente en donde te teníamos con un personaje así de siniestro fue en Historia de un trepador, ¿cómo fue conectarte con el costado más oscuro de este papel que  además estaba basado en alguien que realmente existió?

Guillermo Francella: - El proceso de trabajar con Pablo fue para mí muy útil. Darle vida a este tipo de individuos de estas características en donde uno no tiene ninguna comunión en lo más mínimo con su espíritu ni con su pensamiento y proceder, para un actor es fantástico. Poder interpretar algo que no te quede cómodo, es ideal. Pero había algo que conspiraba, no había un video en donde yo pudiera fijarme en su forma de caminar, de hablar, de decir o mirar, entonces fue algo que tuvimos que inventar. Lo único que teníamos de él era un testimonio de General Pico en donde decía que no había cometido ningún delito e iba caminando por la calle como un viejito cualquiera. Por eso el proceso de trabajo con Pablo fue desde lo milimétrico. Sabíamos de su frialdad, de que era cero cariñoso con su familia. Incluso en las fotos se notaba, el hecho de que no tocara a los miembros de su familia, tal vez con la única que mostraba algo de afecto era con Adriana, por ser la hija más chica, y eso quisimos mostrarlo en la película.

- Hace un tiempo iniciaste un proceso de reinvención actoral que comenzó con Rudo y Cursi...

- He priorizado hace bastante tiempo el darle espacio a personajes nuevos, el trabajar con otros directores. Me movilizaba mucho como actor, comenzó con Rudo y Cursi con Alfonso Cuarón, continuó con Juan Campanella, Ana Katz, Eduard Cortés, Marcos Carnevalle y Pablo Trapero. A mí me movilizó mucho, primero mi admiración hacia Pablo; después porque me impactó la historia de este clan. Como todo argentino, estaba informado de lo que había pasado en la década del ’80, pero para mí tuvo un plus porque yo viví toda mi vida en San Isidro, incluso caminé por la puerta de esa casa centenar de veces sin saber que el delito estaba ahí adentro. Cuando me informó que me convocaba para el filme me sumé con mucho placer y con una devoción de adolescente, porque estaba con mucha pila de empezar a trabajar. 

- En este contesto, ¿qué papel te faltaría interpretar?

- Hoy no tengo una meta inmediata. Hay una con la que fantaseo hace tiempo que no es de lo interpretativo sino desde la dirección, me gustaría dirigir en un futuro. 

- ¿Qué significó para vos ser Alejandro Puccio y trabajar con Guillermo Francella y Pablo Trapero?

Peter Lanzani: - Es un honor, desde chico que soy fanático del cine y admiro muchísimo lo que han logrado en sus carreras tanto Guillermo como Pablo, y lo que aprendí en estos meses de filmación no lo aprendí en mi vida. Fue fantástico hacer esta película. La entrega que teníamos, de todo el equipo…es algo que no me voy a olvidar nunca más en mi vida, sobre todo porque aprendí de dos grandes.

GF: - Lo de Peter fue muy significativo porque Pablo hizo muchas audiciones para encontrar a Alex, yo participé mucho de eso, sacándome fotos con ellos para ver las similitudes con toda la familia. Lo de Peter me encantó, sobre todo la entrega incondicional de dar todo. Uno se da cuenta de eso, ni que hablar del vínculo y la química que se generó gracias a eso. Amo cuando se produce esa entrega y Peter ha hecho un trabajo descomunal.

- ¿Cómo compusiste al personaje? ¿Tuviste algún contacto con los amigos de Alex?

PL: - Yo me junté con amigos de Alejandro, antes del año 82 que es cuando comienza su etapa de secuestros. Mi padre también jugaba la rugby con él así que conocí un poco de cómo era su aspecto en aquella época.  

Tratamos de sacar el personaje con esa información y lo que íbamos componiendo con Pablo y Guillermo, tratando de entender toda esa psicología interna. No todo el mundo quiso hablar, pero pudimos sacar bastante provecho a la información que teníamos.