“Lo fundamental en un espectáculo de filosofía es no bajar línea”

Darío Sztajnszrajber vuelve a la ciudad con su show Desencajados. En una entrevista exclusiva con diario Hoy, develó cómo encara sus producciones en un terreno tan difícil como el de la divulgación científica

Es incontable la cantidad de veces que Darío Sztajnszrajber se presentó en la ciudad de las diagonales con uno de sus shows. En más de una oportunidad, la gente queda satisfecha y elige verlo otra vez. 

“El teatro me reconcilia con el aula, entonces tengo ahí mi corazoncito, porque siento que estoy dando una clase pero con todos los efectos que un docente sueña tener, como una banda de música en vivo”, afirmó el pensador, que dará una función el sábado a las 21 en el Teatro Bar de calle 43 entre 7 y 8.

Durante las dos horas aproximadas que dura el espectáculo, se propone el diálogo entre la música y la filosofía, donde el rock nacional toma parte del escenario y Luis Alberto Spinetta, Charly García o Fito Páez  terminan dialogando con personajes históricos como Platón y Friedrich Nietzsche. Sztajnszrajber pasa los 120 minutos que dura la función cantando y bailando con su mujer, Lucrecia Pinto, que lo acompaña en esta aventura que se plantea como un evento de divulgación científica.

—¿Cómo llegaste a los medios de comunicación?

—A partir del ciclo Mentira la verdad, que tuvo un impacto mayor del que esperábamos, surgieron innumerables propuestas. Lo que sucedió con esta producción fue que trascendió lo que era la mera televisión educativa y llegó a muchísimos hogares. Además, estos contenidos fueron muy trabajados en diferentes colegios, con lo cual el público joven y adolescente accedió a este programa.

—¿Qué lenguaje te gusta más: radial, televisivo o gráfico?

—Cada uno tiene lo suyo, porque todos me permiten experimentar lo que es la divulgación de la filosofía, que es algo muy reciente. Es por ello que les encuentro el exquisito gusto de la novedad y tengo la chance de poner a prueba las propuestas nuevas. Es decir, me dan la posibilidad de ser creativo en esta búsqueda constante y cada vez llegar a más personas.

—¿Cuál es tu mirada sobre la televisión actual?

—No estoy de acuerdo con la división tajante de las producciones en la pantalla chica. Me parece que la televisión demuestra lo que somos en todas las dimensiones, y es por ello que debemos profundizar un abanico amplio, bien variado.

—Desencajados lleva un tiempo en el teatro, ¿cómo es recibido por el público?

—Se trata de gente muy particular, que sabe lo que quiere. Buscan acercarse a la filosofía, se interesan y transitan por las producciones en las que trabajo. No son espectadores como los que encontrarías en cualquier espectáculo. Hay que ir una noche de viernes o sábado a ver un evento de filosofía durante dos horas. Es una disciplina muy desestabilizante, porque pone el dedo en los lugares en los que nos sentimos seguros y tranquilos. 

—¿Qué no puede faltar en el show?

—Siempre habrá preguntas. Lo fundamental en un espectáculo de filosofía es no bajar línea, no afirmarse en ninguna verdad, y se debe provocar al público para que salga conmovido existencialmente. Esto se logra haciendo las preguntas que exige esta disciplina y que uno en la vida cotidiana deja de lado.

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