Los Simpson: 30 años de risas

Pasaron tres décadas desde que la serie animada creada por Matt Groening emitió su primer episodio, el 19 de abril de 1987. En diálogo exclusivo con diario Hoy, Steve Socki, animador del show a principios de los noventa, brindó detalles sobre los comienzos del exitoso programa

El 19 de abril de 1987, Los Simpson se emitió por primera vez en la televisión norteamericana. Durante dos años aparecieron como pequeñas animaciones de menos de un minuto dentro del programa de Tracey Ullman, de donde se despidieron el 14 de mayo de 1989, ya que en ese momento pasaron a tener su propio show.

Por aquel entonces, Steve Socki trabajaba en la confección de caricaturas como “tiempista” (animation timer), a cargo de darle vida y definir la velocidad con la que interactuaban los personajes en cada una de las escenas de un episodio. Cuando la ficción protagonizada por la familia Simpson estaba en su segunda temporada, le llegó el llamado para formar parte del equipo. Fue en el primer especial de Halloween cuando Socki se sumó a la producción encabezada por Matt Groening, el creador de los personajes.

—¿Qué recuerdos tenés de esa época?

—Todos los días en ese programa eran divertidos. Los libretos eran muy graciosos y los actores de voz, geniales. Cada jornada, alguien reproducía los clips de audio y el estudio completo rompía en carcajadas. ¡Solo con las pistas de sonido!

—¿Qué sentiste al participar en una serie mundialmente conocida?

—Fue emocionante formar parte de algo tan popular. El show era diferente a todo lo que había en la televisión de esa época.

—¿Cómo fueron los comienzos de la serie?

—En aquella época, la recientemente creada señal Fox solo emitía shows originales una vez a la semana. Recuerdo que la productora Klasky Csupo comenzó a trabajar en los cortos y, un año después, ya estaba desarrollando episodios de media hora.

—¿Cómo eran los estudios donde trabajaban?

—Se encontraba en el medio de Hollywood. Allí estábamos todos apretados en pequeñas habitaciones que no estaban pensadas para producir. Pasamos muchas horas juntos durante varios meses, pero éramos optimistas, con la confianza de que podíamos hacer un buen show. 

—¿Conservás algo de ese trabajo?

—La productora organizaba grandes fiestas para las premieres, especialmente en Navidad. A todos nos daban láminas originales de la animación de la serie y camperas de cuero diseñadas para el equipo de trabajo. Cada año, Gábor Csupó (cofundador de la productora) agregaba un parche de algún personaje de la serie que podías coser en la ropa. Tengo uno de Bart, uno de Homero y uno de Lisa.

La familia de Springfield, en números

Después de haber nacido como cortos en el show de Tracey Ullman, Los Simpson subsistieron durante 28 años en la televisión. Sin embargo, no siempre tuvieron la misma recepción por parte de sus fanáticos que, con nostalgia, recuerdan las épocas doradas de la década del noventa. 

Tomando como fuente el sitio IMDB (Base de Datos de las Películas en Internet), la aprobación de la obra maestra de Matt Groening fue in crescendo desde los inicios hasta la novena temporada, donde comenzó el declive. A grandes rasgos, la mayoría coincide en esta postura, y las distintas opiniones están al momento de elegir el mejor episodio, que para la mencionada página web es el capítulo 23 de la octava entrega, en el que Homero es confrontado por su flamante compañero de trabajo, Frank Grimes (foto).

En cuanto a los personajes, es Homero el que se lleva casi todos los créditos y por él pasan casi siempre las historias. Según la página Simpson World, este personaje es el que más diálogos protagoniza, duplicando las participaciones de Marge. En esta misma línea, se puede hacer una diferencia similar entre Bart y Lisa, en la que al principio, el niño era el más importante de los dos, pero con el correr de las temporadas fue quedando a la misma altura que su hermana, y a veces por debajo. Ambos participan, en promedio, en el 8 por ciento de los diálogos de cada emisión.

Por último, pensando las locaciones favoritas de los dibujantes y guionistas, la casa de la familia es por amplia diferencia la ubicación preferida. Después, se ubican el colegio, la taberna de Moe y la central nuclear donde trabaja Homero, casi con la misma relevancia, algo que se confirma observando los personajes que, sin ser de la familia Simpson, participaron más veces en la ficción: Montgomery Burns, Moe y el director Skinner.

“Para hacer Rugrats trabajamos contra reloj, con un presupuesto ajustado”

Steve Socki es parte de la historia televisiva de los noventa con la que crecieron varios niños, ya que fue animador de producciones como Rugrats y Oye, Arnold!. “Actualmente trabajo en mi propio corto”, reveló el californiano, al tiempo que resaltó que su filme más reciente, Sparrow duet, se mostró en más de cincuenta festivales internacionales, incluido el Arte Non Stop de Buenos Aires, en 2016.

—¿En qué consiste el timing, tu trabajo?

—Es el segundo paso en la animación, después de que los storyboards se completan. “Parto” cada escena y determino qué tan rápido debe moverse un personaje. Analizo los libretos y hago actuar las poses de los personajes. Es importante que toda la animación y el trabajo artístico acompañen la narrativa de la historia. 

—¿Cómo fue trabajar en Oye, Arnold!?

—Amé el show. Empecé siendo un timer, me convertí en director y luego en productor. Completamos 100 episodios de media hora. Craig Bartlett (el creador de la serie) era un artista multifacético que podía escribir, dibujar, modelar con arcilla y tocar la guitarra. Admiré la forma en la que trabajaba con el elenco.

—¿Qué fue lo que más te gustó?

—Fue mi producción favorita. Siento que nos dio coraje para colaborar y aportar creativamente. Los guionistas crearon grandes personajes y situaciones. Mucha gente recuerda frases del programa, especialmente del abuelo, todas las de Helga y las de Oskar. 

—¿Qué sabés de la película televisiva de Arnold que llegará en noviembre?

—Serán dos especiales de una hora, y la película comienza exactamente donde la serie terminó. Arnold vive una gran aventura para saber qué le pasó realmente a sus padres. 

Cerca de diez de los cincuenta artistas volvieron para trabajar en el show, incluyendo a los guionistas Joe Purdy y Michelle Lamoreaux. Es muy probable que el canal dé luz verde a algunos especiales más si a este le va bien, y también es posible que pidan renovar la serie.

—¿Cómo fue tu participación en Rugrats?

—No sabíamos qué iba a suceder, simplemente nos pusimos a trabajar. Fue creado por Arlene Klasky y Gábor Csupó, basándose en sus vidas con niños; querían contar historias desde el punto de vista de los chicos. Visualmente, queríamos enfatizar los ángulos bajos y las tomas para que los televidentes vieran lo que los bebés estaban viendo. Fue una experiencia de aprendizaje. Usamos puestas en escena exageradas, paletas de colores inusuales, y teníamos que resolver cómo actuarían los bebés, sin saber qué cosas podían funcionar.

—Es una de las series más recordadas de la época...

—Captó rápidamente la audiencia a la que apuntaba: niños de 5 a 11 años y sus padres. Después de un año, estuvo en muchos mercados extranjeros. El canal ordenó 52 episodios nuevos, un año después otros 52. Así, trabajamos juntos por tres años. Una serie animada toma nueve meses para completar un capítulo y, al principio, el canal necesitaba 26 emisiones de 11 minutos, producidos en 10 meses. Así que trabajamos contra reloj, con un presupuesto ajustado.

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